Perdida: una opción fuera de la comedia

El director Jorge Michel Grau relató que fue un gran reto realizar este largometraje, pero encontró a los personajes indicados para el proyecto.

El director Jorge Michel Grau presentó su nuevo largometraje Perdida en el 17° Festival Internacional de Morelia (FICM) 2019. Autor de Somos lo que hay (2010), A cielo abierto (2015) y 7:19: La hora del temblor (2016). Perdida (2019) es un remake de la película colombiana La cara oculta (2011) de Andrés Baíz.

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La película relata la historia de Éric, quien es contratado como el nuevo director de orquesta de la Filarmónica de la Ciudad de México y se muda a la ciudad con Carolina, su mujer. Todo es perfecto, hasta que un día ella desaparece. Éric, sumido en el dolor por el aparente abandono de Carolina, conoce a Fabiana, la camarera de un bar que suele frecuentar. Comienzan una relación llena de misterio, sexo y pasión, pero Fabiana se hace preguntas sobre la misteriosa desaparición de Carolina.

El director Jorge Michel Grau nos relata en entrevista con El Popular, diario imparcial de Puebla cuenta que a pesar de haber hecho un remake, este largometraje tiene un estilo propio y que estrenará el 10 de enero.

 

Cuéntanos un poco de ¿dónde surge la historia de Perdida?

—Es una adaptación de la película colombiana La cara oculta de Andrés Baíz, a la cual le fue muy bien en Colombia y en España porque los personajes eran españoles. El reto no era sólo tropicalizar la historia, sino fue lograr que la historia se sintiera cercana al público mexicano. La gente de Dynamo me contactó, me mandó la película para que la viera y estuvimos platicando la posibilidad de hacer un remake.

 

¿Qué tan difícil es trabajar con una historia ya hecha?

—Aunque es un remake, tiene su estilo propio. Y lo que llama más la atención es que es un thriller y no una comedia romántica porque estamos saturados de ello, lo que hace que muchos se decepcionen. Esta cinta acerca al público distintas narrativas, pero en el mismo esquema de entretenimiento y diversión. Es una oportunidad distinta a los realizadores que no hacemos comedia.

 

¿Cómo fue el trabajo con los actores?

—Mi primera opción para el papel de Chema fue José María Tavira, porque es un experto en música; sabe tocar el piano, conoce muchísimo de música clásica y tiene formación académica como director de orquesta. Para mí él era el actor ideal. Para el personaje de Fabiana sí se hizo un casting abierto, y de Cris (Rodlo) me llamó mucho su frescura y ligereza. A Paulina, cuando la conocí era para el personaje de Fabiana, pero al verla dije: ella es Carolina, tiene como esta mirada de que te está investigando y me funcionaba muy bien para ese personaje.

 

¿Cuál fue el mayor problema de filmar Perdida?

—La locación. Nuestra primera opción era una casa grande en el Pedregal, construida por Luis Barragán y prácticamente detenida en los setenta, pero la vendieron y no pudimos rodar ahí. Un miembro del equipo recordó que había grabado un comercial en una casa a las afueras de la ciudad; nos lanzamos a verla y nos enamoramos de ella. Funcionaba muy bien para lo que necesitábamos. De hecho, esa casa había sido ocupada para filmar comerciales pero no para una película, y nos funcionó muy bien.

 

¿Logras hacer un rescate de la música sinfónica de México?

—Sí, trabajamos con la música de Enrico Chapela Barba quien es un gran músico y compositor mexicano con quien ya había trabajado antes, además de que es la primera vez que se utiliza la Sala Nezahualcóyotl para grabar. La película llegará a las salas de cine el 10 de enero.

 

 

 

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