La estrella pop Britney Spears, quien mantiene un break indefinido de su carrera musical, tratará de recuperar el control de su vida y fortuna, después de estar bajo la tutela de su padre James Spears por 12 años.

Este martes una jueza en Los Ángeles escuchará argumentos sobre la solicitud de Spears, que incluye el retiro de James Spears como cocurador. Porque Britney rechaza compartir el control de sus más de 60 millones de dólares.

La llamada “curaduría”, mejor conocida como una “tutela” inició en 2008 cuando la intérprete pasaba por un momento de inestabilidad emocional y tuvo varias crisis, incluso en público.

Las tutelas, son aplicables a personas con capacidad casi nula para tomar decisiones por sí mismos, en la mayoría son temporales, sin embargo, la cantante ha permanecido bajo control judicial mucho más tiempo de lo previsto. Eso salvó su carrera pero ahora busca tener libertad.

Los fans de la cantante han demostrado su solidaridad, a través de redes sociales, haciendo uso del #FreeBritney, y en manifestaciones.

James Spears y el cocurador, el abogado Andrew Wallet, ejecutaron la curaduría por 11 años. El año pasado, Wallet se retiró, dejando a cargo a James, quien se retiró temporalmente como tutor de Spears, pero fue curador de sus finanzas.

En agosto del 2020 Britney dijo que, objetaba que su padre fuera tutor otra vez, y quiso darle a su reemplazo aprobado por la corte, Jodi Montgomery. En septiembre pidió que una fiduciaria corporativa, Bessemer Trust, se convirtiera en curadora de sus finanzas.

En documentos presentados por su abogado designado por la corte para la curaduría, Samuel Ingham III, Spears dijo que su padre trataría de “retener el total control funcional de sus bienes, libros y discos pese a sus objeciones”.

Mientras que su padre argumentó que ha hecho bien su trabajo al llevar el patrimonio a más de 60 millones de dólares tras haber estado en deuda y enfrentar demandas.