Carlos Luna, artista del mundo

El talento cubano presentará su libro Green Machine The art of Carlos Luna el 18 de febrero en El Museo de los Pintores Oaxaqueños

El artista cubano, Carlos Luna, es una pieza fundamental en el panorama artístico contemporáneo. A propósito de su exposición Green Machine The art of Carlos Luna que se exhibe en la ciudad de Oaxaca, el talento cubano platicó con El Popular, diario imparcial de Puebla, y recordó sus inicios en las artes visuales, además de su paso por México en la década de los años 90.

Carlos Luna nació en la isla de Cuba en 1969, en Pinar del Río. Su obra ha recorrido diversas instituciones entre las que destacan El Museo del Barrio, New York; Nassau County Museum of Art, Roslyn Harbor; American University, Washington, DC; El Frost Museum of Art, Miami, FL; Banco de Mexico Collection, Ciudad de México; entre muchas más.

Para comenzar, me gustaría preguntarle en qué momento decide, si así lo hizo, ser artista; es decir, cuáles son sus primeros pasos en el mundo del arte. Si existiera una imagen primigenia, ¿cuál sería?

-El arte me descubrió a mí, empecé a una edad muy temprana con unos crayones garabateando la pared de mi casa, una imagen primigenia pueden ser las imágenes que producía mi padre al cantar décimas campesinas y el altar de mi abuela Juliana que tenía imágenes religiosas de los santos venerados en Cuba, cuatro imágenes de Cristo realizadas por grandes maestros de la historia del arte, así como ilustraciones al apocalipsis por el Beato de Liébana.

En la idea de que un artista es un traductor de la realidad, ¿cómo definirías el lenguaje de tu obra?

-No creo que un artista sea un traductor de la realidad. El artista crea una nueva realidad, tiene el compromiso de crear algo que no existe, el compromiso de transformar el diario cotidiano en una realidad extraordinaria que es la obra. El lenguaje de mi obra es el lenguaje de Carlos Luna.

En este sentido, pienso en frases visuales como si fueran un discurso que muestra un tema, ¿cuál sería éste?

-Mi tema es la vida, vivir intensamente la vida.

Al iniciar una obra, ¿qué surge primero, una imagen, un título, cuál es la sintaxis visual que catapulta su trabajo?

-Por lo general tengo una frase, un título. Recuerdo, por ejemplo, que mi abuela paterna todo lo hacía cantando de ahí le viene a mi padre la idea de improvisar décimas, eso influyó poderosamente en el proceso creativo de mi carrera en el que el suplemento verbal a estado provocando el surgimiento de imágenes. Generalmente se me ocurren oyendo música, en una conversación o una película, los sonidos pueden provocarme imágenes; sin embargo, también hay muchas otras cosas que catapultan la idea, un recuerdo, un olor, estar vivo.

El oír una frase me conecta con ese primer momento que activó mi necesidad por expresar o por crear imágenes, pero de allá para acá son muchas las cosas que motivan, que despiertan eso, por ejemplo, en la mañana prepararme un café con una pizca de chocolate y nuez ese olor activa una cantidad de recuerdos e imágenes. Para crear hay que estar vivo, hay que estar presente a vivir.

En mi trabajo, cada detalle, cada pequeño espacio es la suma de muchos detalles, es como una piel, mientras más amplías la lupa, más detalles encontrarás por debajo.

Viene a México en 1991, ¿encontró alguna influencia para su trabajo en este país?

-Yo conocía culturalmente a México y ya me sentía atraído e influenciado por él, estar en el día a día viviendo en México, enriqueció poderosamente mi manera de ver y crear mi diario cotidiano. Un artista que tuvo un golpe poderoso en mí, desde mi periodo de estudiante en Cuba fue el maestro Rufino Tamayo, fue él quien me reforzó la idea de que yo podía ser contemporáneo sobre la base de la tradición, yo estaba y continuo interesado en esa idea; el arte de José Guadalupe Posada, de Antonio M Ruiz El Corzo, de Martín Ramírez; hay un grupo amplio de artistas que ya eran conocidos para mí y verlos en vivo estableció otros puentes, otras vías, otras maneras de ver. Hay otros artistas como Juan Soriano a quien conocí en México y al paso del tiempo se estableció una relación de amistad y admiración.

Mi trabajo tengo que dividirlo en tres periodos, mi periodo formativo en Cuba, mi paso por México y ahora mi estancia en los Estados Unidos. En México viví más de diez años y marcó mi carrera y mi vida.

Al salir de Cuba, cuál es su relación de identidad con otros países como México y Estados Unidos, ¿se siente cubano o latinoamericano?

-Yo nací en Cuba y estoy orgulloso de ello; sin embargo, elegí libremente a México como país, sus costumbres, sus tradiciones, su comida, sus maneras etcétera. Aunque fundamentalmente me considero un ciudadano del mundo. Mi país es el planeta Tierra.

¿Cuál es la relación en la que piensa Carlos Luna cuando menciono Artista y Museo?

-El museo es un espacio que debe albergar la obra que, en mi opinión, posee valores estéticos que vale la pena conservar y proteger con el paso del tiempo. Mi relación con el museo es como la de cualquier artista, en mi caso particular, me siento honrado porque una institución considere mostrar mi trabajo.

La misma pregunta, pero ahora con las palabras artista y mercado.

-El artista tiene que hacer su trabajo a pesar del ritmo que marca el mercado del arte, creo que un artista debe crear su propio mercado, este es una gran industria y el artista debe tomar la decisión de cómo interactuar con él.

Acerca de Green Machine. El arte de Carlos Luna

-Es un proyecto que surge para el Frost Art Museum en Miami, Florida y que en su recorrido de itinerancia se presenta ahora en el Mupo de Oaxaca, México, para después seguir a American University Museum en Washington, DC. La idea del libro surge cuando el proyecto llega a Oaxaca, mi representante en esa ciudad, Manuel García Arte Contémporaneo hace la propuesta y poco a poco van surgiendo las vías para publicarlo, el libro tiene reproducciones de las obras en la exhibición y un texto del curador Dr Bárbaro Martínez-Ruiz. La presentación es el sábado 18 de febrero y estará a cargo de Mario Alberto Mejía, Jorge Pech y el presidente de la fundación Siempre Viva. Hasta el 20 de febrero estará la exhibición del autor en México en El Museo de los Pintores Oaxaqueños (Mupo).

En el arte generalmente existen rituales, ¿tiene Carlos Luna alguno o algunos?

-Es muy curioso, es como desentrañar un espacio privado. Ése es un recorrido del día a día, pero por lo general cierro la puerta de mi estudio, pongo música a todo volumen y empiezo a trabajar parándome frente a la obra que dejé el día anterior, re establezco mi diálogo con ella y me lanzo al vacío y a volar, literalmente, ése es mi rito constante, sin preguntas, sólo me lanzo a volar, a gozar lo que hago.

  • URL copiada al portapapeles