El Exconvento de Santa Mónica resguarda objetos y pinturas de arte sacro para beneplácito de los poblanos, quienes ahora pueden admirar la exposición Vida Eterna y Memoria. La Buena Muerte a través del Arte, la cual es un reflejo de cómo la sociedad novohispana difundió la idea que tenía sobre la muerte, un acontecimiento que debía ser deseado y no temido.

Claudia Reyes Flores, directora del museo, dijo que esta exposición está formada por ocho piezas, de las cuales cinco han salido de sus depósitos de eventos culturales. Por su parte, José Alejandro Vega Torres, licenciado en Arqueología, docente en Historia del Arte en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) compartió sus conocimientos con base en una investigación meticulosa que ejerció para esta exhibición. Comentó que las diversas órdenes religiosas durante el siglo XVI empezaron a meditar la muerte y analizaron el concepto de lo que sucede en la vida y después de ella, dijo que desde entonces los frailes, agustinos, dominicos y franciscanos enseñaron a los indígenas los monumentos de la muerte.

Otros ejemplos fueron enseñar elementos en sus capillas, con la resurrección de los muertos y el juicio que refieren un castigo después de la muerte, realizaban una serie de ejercicios para mostrar los contrastes que reflejaron en sus murales. Por ejemplo, la pintura de San Agustín donde se está velando, representa una buena muerte porque estaba por la gracia de Dios, confesado y arrepentido. La mala muerte sería fallecer sin confesarse previamente.

La serie de objetos mostrada en esta exposición representan la forma en que la sociedad novohispana desde el siglo XVI hasta el XVIII concibió el hecho de morir, se muestra la manera en la que se prepararon para el último momento de la vida y su objetivo es transmitir al púbico la manera de vivir, pensar e imaginarse a las personas que vivieron en esa época ante la muerte.

Uno de los temas que se representaron en el arte novohispano fue recrear la esperanza en una vida inmortal. Representar el cielo, el infierno o el purgatorio era utilizado a manera de enseñanza o reflexión.