Siglo XX pertenece literariamente a Paz: Christopher Domínguez

El crítico Christopher Domínguez Michael recuerda al poeta de La llama doble como un estímulo colosal

Siglo XX pertenece literariamente a Paz: Christopher Domínguez
Archivo Agencias | Se cumplen 20 años sin el Nobel mexicano Siglo XX pertenece literariamente a Paz: Christopher Domínguez

De acuerdo con el crítico literario, Christopher Domínguez, dos grandes figuras de la literatura mexicana son Sor Juana Inés de la Cruz y Octavio paz, el autor de El XIX en el XXI aseguró que el siglo XX pertenece al poeta y Premio Nobel de Literatura 1990.

A propósito de que este 19 de abril se recuerda el 20 aniversario luctuoso del autor de Libertad bajo palabra, el ensayista Domínguez Michael puntualizó que Paz irradió a la literatura española y a 20 años de su muerte queda claro que el siglo XX le pertenece literariamente.

Michael recuerda la figura de Paz como un personaje excepcional ya que no sólo fue un gran poeta sino también enorme crítico, no sólo literario sino también de las artes plásticas, y fue sumamente generoso porque a diferencia de otros expertos no sólo explicó a sus contemporáneos sino que dedicó gran parte de su obra a los escritores más jóvenes, y esto no es frecuente, hizo notar.

Por ello, haber estado cerca no sólo de un gran poeta de quien o tenía una opinión de un escritor u otro, sino también una idea de la literatura, una poética tal como la que ofreció enEl arco y la lira, fue "un estímulo colosal que ojalá y yo pueda honrar".

Dijo que personas como él se identifican en lo que Paz llamó la pasión crítica. No significó del todo un balde de agua fresca dentro de la crítica literaria, no marcó nuevos derroteros, porque este género es sobre todo una tradición, y Paz fue heredero de "nuestro gran primer crítico moderno que fue Jorge Cuesta".

El propio Paz lo dijo en varias ocasiones, que en los bares y cafés del Centro Histórico Cuesta "le entregó el testigo de la tradición crítica literaria, fue una sesión directa"; la diferencia fue que el autor de El laberinto de la soledad tuvo más mundo, conoció más países, habló otras lenguas y conoció Oriente, que le dio una visión diferente de México.

Es por eso que, con el paso de los años, discrepó con muchas de las ideas de su maestro, que estaban muy circunscritas a la crítica francesa, sobre todo de los años 30 del siglo XX, pero sin la pasión que le imprimió el integrante del grupo de Los Contemporáneos, la crítica de Octavio Paz no habría sido lo que fue.

En una y otra ocasión Paz honró esa tradición, así como que quienes estuvieron cerca del poeta, fuera en la época de la revista Plural o en la de Vuelta, sienten la obligación de continuar en su pasión crítica, en lo que Paz llamaba "el fuego eterno de cada día, subrayó.

Paz, ensayista

Ocatavio Paz ensayista se mantuvo siempre en el centro de la discusión artística, política y social del país. Tanto la curiosidad insaciable como la variedad de sus intereses y su aguda inteligencia analítica se hicieron patentes en sus numerosos ensayos, que cubrieron una amplia gama de temas, desde el arte y la literatura hasta la sociología y la lingüística, pasando por la historia y la política.

De tema literario son El arco y la lira (1959), profunda reflexión sobre la creación poética, y Sor Juana Inés de la Cruz o las trampas de la fe (1982), completo estudio sobre la obra y la compleja personalidad de esta poetisa mexicana del siglo 17. La identidad mexicana es en cambio el tema de El laberinto de la soledad (1950).

De sus últimos ensayos cabe destacar La llama doble (1993). La obra recorre la literatura universal en busca de la génesis de la idea poética del amor, el amor cortés provenzal, del que el autor halla precedentes en las milenarias religiones indias y chinas y en el helenismo (con su fusión de Oriente y Occidente).

Después de los poetas provenzales, el cristianismo desarboló el amor cortés; la pasión carnal, consumación del amor, fue relegada por la divinización del objeto amado (Dante, Petrarca y el neoplatonismo).