Difícil ser feminista y no ser inteligente: Alma Karla Sandoval

Exhibe las problemáticas de su género en su reciente obra; señala las formas en las que sigue de pie en una sociedad machista

Difícil ser feminista y no ser inteligente: Alma Karla Sandoval
Alejandro CORTÉS | Presenta su libro Cartas a una joven feminista Difícil ser feminista y no ser inteligente: Alma Karla Sandoval

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Apostar por la sensibilidad, por el lado tanto femenino como masculino que todos los seres humanos poseen y hacerlo por circunstancias de equidad más favorables, es lo que Alma Karla Sandoval sugiere que cada sujeto debiera hacer para conformar una sociedad más justa en términos de género.

Sandoval se adentra en las problemáticas de género, lo que muy recientemente ha dado como resultado la publicación de su libro Cartas a una joven feminista. En entrevistacon El Popular, diario imparcial de Puebla, platicó acerca de los recovecos en lo que se adentra el feminismo y los problemas a los que se enfrenta, así como las formas en las que se mantiene en pie a pesar de la criticas de una sociedad machista y patriarcal.

En el libro retomas desde una narrativa el concepto de inteligencia muy ligado al feminismo, ¿cómo se da esta conexión?

-En el libro comento que es muy difícil ser feminista sin tener una sensibilidad frente al mundo muy despierta, porque la sensibilidad está aunada a la inteligencia. La inteligencia la entendemos como una capacidad de los organismos para adaptarse a ciertos ambientes, ecosistemas sociales, a nuestro tiempo por ejemplo, entonces cómo tramo esa idea que es peligrosa, que es polémica. Sostengo que es muy difícil ser feminista y no ser inteligente y cuando una mujer llega al feminismo llega muchas veces desde las lecturas, pero la mayoría de nosotras no seguimos el camino amarillo del Mago de Oz, detrás de una mujer que se declara feminista frente al mundo, que lo grita, casi siempre la mayoría de las veces hay una historia de dolor o de autodescubrimiento o de aventura, pero sea lo que haya ocurrido a siempre hay una coordenada intensa, un acontecimiento que marca la vida de las mujeres, un proceso de iniciación que les permite declararse feministas, desde la sombra o desde la luz, quisiéramos que fuera desde la luz, trabajando las feministas para que esa sensibilidad y esa declaratoria de lo que somos se dé desde la luz, eso queremos, pero si se da desde la sombra también es válido, se vale, porque una herida ya no es un destino, es una forma de sentir la y de reconocerla que permite activar toda mi inteligencia para seguir adelante.

Mencionabas que muchas veces no se entiende lo que el feminismo significa, ¿cómo debiera entenderse?

-Hay muchas definiciones de feminismo en el libro, existen muchas definiciones en los estudios de género y en los estudios de mujeres sobre feminismo, a mí me parece que toda aquella fuerza, pensamiento, impulso, me parece también que toda reflexión que le permita a las mujeres organizar su vida y organizarse a ellas mismas para protegerse y sobrevivir y ser resiliente en estados feminicidas como los que vivimos, el feminismo, y me parece que el feminismo es también alegría, y es vida, y es sobrevivencia. El feminismo es una revolución pacífica que ha conseguido logros inestimables a lo largo de la historia, hemos conseguido ser reconocidos de muchas maneras. Todo aquello que nos aleje de la muerte y que nos permita legar un mundo mejor para las otras y los otros me parece que es feminismo.

Para ti, uno de los problemas de entender el concepto tiene que ver con el lenguaje,con lo cual no pude más que pensar en Wittgenstein, ¿cómo se podría canalizar este problema del feminismo, de nomenclaturas, de cómo nombrarlo...

-Una vez una expareja me dijo: "Si el feminismo es todo lo que tú dices, ¿por qué se llama feminismo, por qué no mete a los hombres también?". Entonces me morí de la risa, entonces cómo quisieras que se llamara, "hombrefeministas", o estamos hablando de humanismo a secas, entonces sí es un problema de nomenclatura, si se da en las palabras y las cosas, otro libro también importantísimo de Foucault hablando también esta filosofía posmoderna que dice mucho, que revela tanto. Yo creo que tenemos que empezar por desconfiar de muchas palabras como dispositivos que ofenden a la palabra, por ejemplo "feminazi".

Desde su experiencia y su conocimiento, a diferencia de otros países tanto de primer mundo como de otros menos desarrollados, ¿en qué posición se encontraría México en este ámbito?

-Deplorable, en uno de los contextos más negativos, con mucho que hacer todavía, las estadísticas son terribles, el horizonte no es muy esperanzador; sin embargo, hay mucho que se está haciendo del otro lado, hay mucho que se está escribiendo, que se está consiguiendo, que se está hablando, muchas mujeres que están cerrando las puertas en dónde son maltratadas, una legión de pequeñas historias qué van cambiando el curso.

¿Cómo legitimar el discurso feminista más allá del círculo?

-Es facilísimo legitimar un discurso, pero es muchísimo más cómodo y todavía más simple, deslegitimarlo. Entonces, por qué es sencillo colocar en su lugar y decir que es necesario no sólo el discurso sino la praxis, a mí me interesa la praxis, aunque ya hablamos que el decir también es importante, porque la relación que hay entre una y otra pues es indisociable, sin embargo, pues hay que mirar nuestro mundo como está, todos los países más desarrollados y las sociedades más justas, pues bueno son sociedades con índices de equidad de género envidiables, gozan de una buena salud en equidad de género y hay que ver a todos los países atrasados del mundo cuáles son las condiciones de sus mujeres, es un indicador que no miente, es fácil. En cambio, es progreso, el feminismo se traduce en eso, en el avance, y cuando no queremos avanzar, cuando lo nuestro es el retroceso y hay ciertos grupos o ciertos poderes que trabajan en la sombra y que les conviene que ningún país, o estado, o una sociedad avance, pues bueno, desde el oscurantismo mismo de su proceder deslegitiman el feminismo.