“La laudería es un trabajo de tradición”

La artesana Vidya González se dedica a la restauración de instrumentos de cuerda; "mi trabajo es una profesión que debe tomarse como tal"

“La laudería es un trabajo de tradición”
Magdiel OLANO | Lleva más de la mitad de su vida dedicándose a la construcción, restauración y mantenimiento de instrumentos de cuerda “La laudería es un trabajo de tradición”

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Para Vidya González, quien es maestra laudera desde hace 30 años, es importante valorar los instrumentos antiguos de cuerdas sobre todo por la carga histórica que tienen impresa, de ahí la necesidad de que quienes se dedican al oficio conozcan a profundidad la forma de realizar el trabajo.

Vidya, quien a la corta edad de 7 años comenzó a estudiar violín, opina que la laudería es una profesión que debe tomarse como tal, y los lauderos debieran tener una formación para conocer los instrumentos a los que se enfrentan:

"La ludería tiene algo extraño que no sé por qué provoca se quiera hacer sin una profesión, yo conozco muchos instrumentos buenos que han sido destruidos por gente que no está preparada, hasta uno que tiene muchos años trabajando puede cometer un error grave".

Actualmente tiene su taller de laudería en el Centro Hsttórico de esta ciudad, y a propósito de ello platicó con El Popular, diario imparcial de Puebla, sobre los quehaceres de la profesión.

Los centros de formación son un tanto desconocidos en el país, ¿cómo se supera la escasa oferta de instituciones que se dediquen a la construcción y reparación de los instrumentos?

-Es importante la formación académica, lo es que un laudero tenga un bagaje cultural, pero lo más importante siempre va a ser el trabajo de taller,para tu desarrollo personal como cualquier carrera(...), el desarrollo del trabajo artesanal y seguirnos reconociendo como artesanos, seguir preservando porque es un trabajo de tradición, no hay mucho que variar en cuanto a la construcción de un instrumento, porque nadie quiere tocar un violín que tenga la forma de una caja de galleta, todos quieren un violín que se parezca a los clásicos.

¿Antepondrias la experiencia a la formación?

-No tanto así pero no sé, no todos han tenido su fortuna de tener el primer encuentro con la laudería en un taller que trabajaba constantemente. Las dos cosas son muy importantes pero si hace falta que los jóvenes tengan la humildad de acercarse a los talleres que están funcionando, percibo que salen creen que es como haber estudiado una licenciatura como derecho, son otras las cosas que necesitan saber y pueden enfrentarlo de una forma más inmediata,un trabajo artesanal no lo puedes enfrentar de esa manera. Entonces, quizá les haga falta esa sensibilidad del artesano de acercarse a los talleres que ya están establecidos y que tienen muchos años trabajando.

¿Cómo se enfrenta un maestro laudero a los instrumentosprefabricados, como los chinos?

-El trabajo de laudero no es un trabajo aislado como artista, no es como un pintor que depende de sí mismo, hay necesidades en el ambiente musical que nosotros tenemos que respetar. Entonces, el mercado chino ha afectado no nada más la laudería, ha afectado todo, los textiles, los coches, pero es algo con lo que tenemos que convivir también. Yo considero que no podemos ir en contra ni contracorriente en todo, pero dentro de lo que se puede, hay que respetar porque es un trabajo de tradición, hay muchas cosas que no se pueden cambiar.

¿Qué es lo más complicado de la profesión?

-Todo, no sé. Podría ser llegar a lo que realmente necesita un músico, que eso no es fácil la relación músico-laudero. Hay gente que te aprecia mucho y yo aprecio a muchos músicos pero hay una cuestión en el momento en el que el laudero dice ya no puedo ir más allá de esto y el músico te dice: "Ve más allá porque necesito otra cosa", entonces hay que buscar un punto medio.

La laudería sigue viva, se sigue trabajando, pero en cuanto a la producción, ¿representa problema para quienes subsisten del oficio?

-Un problema que sí existe es que hay mucha gente que tiene mucho gusto por la madera, por la música y sienten que porque les gustan ambas cosas pueden ser lauderos, y eso sí es un problema; me han llegado instrumentos muy maltratados por gente que ha querido hacerle arreglos que no sabe hacer, y a veces algunos músicos por no pagar suficiente, muy seguros de que le gusta la música y la madera y saben algo de carpintería se ponen a hacer trabajos que no deberían hacer y llegan los instrumentos muy dañados, con esto el instrumento puede perder su valor histórico, pero son cosas que no se pueden controlar.

¿Cuál sería la importancia de preservar esta tradición de 400 años?

 -Es que el trabajo de laudero está completamente ligado a la música, yo no siento que esté disminuyendo o que haya menos lauderos, mientras haya músicos va haber necesidad y en los últimos años ha habido un auge con la música impresionante, cada vez hay más orquestas infantiles y juveniles, más orquestas profesionales -independientemente del poco apoyo que da el estado-, pero hay muchos músicos y están trabajando, y mientras haya músicos va haber lauderos. La importancia de preservar la tradición es no destruir los instrumentos y mantenerlos como una pieza histórica, por eso sí, es importante que los lauderos se preparen, haber estudiado un poco de história, de química, porque necesitan saber de qué época es el instrumento que se construía en aquel tiempo, qué tipo de colorantes habían en la época.