“Mi propio feminismo se finca a partir de Rosario Castellanos”
A través de la intimidad de la vida de la escritora, la directora mexicana despierta la conciencia feminista con un largometraje
"En México, cuando pronunciamos la palabra 'mujer', nos referimos a una criatura dependiente de una autoridad varonil, ya sea la del padre, la del hermano, del cónyuge o la del sacerdote (…), adiestrada desde la infancia para comprender y tolerar los abusos de los más fuertes", dice la voz de Rosario en la película mexicana Los adioses. En entrevista para El Popular, diario imparcial de Puebla, la directora de Los Adioses, Natalia Beristáin aseguró que la idea inicial del proyecto era centrarse en cuestionamientos de la maternidad, de la vida en pareja, del feminismo y de tratar de responder si ser mujer está determinado por un contexto histórico social-cultural. El haberse encontrado en el camino con Rosario Castellanos para la realización de la cinta le ha dejado, además de mucho orgullo, más preguntas que respuestas.
¿De dónde nace la idea de la realización de la película? -La verdad es que con pudor tengo que aceptar que Rosario Castellanos no fue el punto originario del proyecto, andaba más bien con cuestionamientos de la maternidad, de la vida en pareja, del feminismo, preguntándome si ser mujer, de alguna manera, está determinado por un contexto histórico social-cultural, y sabía que quería hacer algo alrededor de las relaciones de pareja, de las relaciones a largo plazo, de lo que sucede en la intimidad de un hogar, pero no encontraba muy bien cómo darle forma y en medio de eso fue que, por casualidad, me encontré con las cartas que Rosario le escribió a Ricardo Guerra, y de pronto la mujer que descubro en éstas me atrapa completamente, que puedo dialogar casi en lo íntimo como si fuera mi amiga. Me echo un clavado casi de dos años leyendo exclusivamente a Rosario (...), a partir de eso fue como empezamos a hilvanar la posibilidad de estas inquietudes personales, trabajarlas alrededor de la figura de Rosario, ella más bien como un puente para, sin duda, hablar de una época, de un ser extraordinario.
¿Cuál fue la intención de mostrar, a través de una poeta, la problemática del feminismo? -La verdad para mí creo que fue un discurso que yo fui construyendo sobre la marcha con el proyecto, no es que tuviera absolutamente claro desde el primer tratamiento del guión que iba a acabar siendo una parte tan modular de la película. Mi propio feminismo se finca mucho más o se arraiga o se cuestiona mucho más a partir de que me topo con Rosario y siento que eso también se fue construyendo a lo largo del proceso de la película (...). Hoy en día estoy muy orgullosa de que sea esta parte tan central de la peli.
¿Cómo crees que ha cambiado el discurso feminista desde hace 50 años, cuando escribía Rosario, a la actualidad, siendo que es un discurso que se ha mantenido activo? -Pues es que yo creo que eso es lo que puede llegar a ser profundamente doloroso, cuando de pronto lees o escuchas un discurso como los de Rosario de hace 50 años y muchos de sus textos, puedo pensar que se escribieron ayer, sobre todos los que tienen que ver con cuestiones de equidad de género o de la lucha indigenista. Sin duda creo que tampoco se trata de darse golpes de pecho y decir es que no hemos avanzado nada, pero yo creo que ella probablemente estaría muy sorprendida de que 50 años después hayamos dado dos pasos para adelante y luego cinco para atrás. Siento que esperaríamos que eso sea una de las cosas que por lo menos genere diálogo con la gente que pueda ir a ver la película.
¿Cuál crees que sea la perspectiva o susceptibilidad de entrar al tema a través del texto y de la pantalla? -De entrada, creo que el cine es un medio mucho más masivo, tiene mucho más alcance que un libro.TessaIa, por ejemplo, la actriz joven de la peli, no conocía a Rosario, yo mismo no la conocía, Daniel Giménez Cacho sabía muy poco de ella, es como una figura que está en el imaginario colectivo de México, pero que realmente no la conocemos, no hemos leído y en ese sentido creo que es el alcance que pueda tener una película, que por lo menos llegue a un público más diverso, más variado, que probablemente no la haya leído. Si logramos que alguien salga de la sala diciendo: "Híjole, yo no sé quién es Rosario pero se me antoja conocerla, se me antoja leerla", y a partir de ahí generar un propio discurso alrededor de las temas de género, por ejemplo, entonces siento que ya lo hicimos bien.
¿Cambió en algo a Natalia la realización de la cinta? La verdad es que toparme con una mente tan lúcida y tan vanguardista y tan profunda y a la vez, tan clara (...) y que una mujer de hace 50 años tenga la capacidad de hablar de la feminidad, del feminismo, de la equidad de género con tal contundencia y casi como si se abriera y te enseñara las entrañas, de pronto puede ser hasta chocante, pero esa imagen sin duda no sólo me conmueve sino que me confronta. Si esta mujer hace 50 años con el contexto social cultural, político en el que vivía esa capaz de tocar estos temas, ¿qué estamos haciendo hoy día?, ¿qué estoy haciendo yo hoy día? No sé si tengo respuestas pero tengo más preguntas, y creo que eso es importante. |