Alistan fiestas de Día de Muertos en diversos recintos
La tradición mexicana se celebra con una comida que se prepara para los muertos, esta fiesta mexicana tiene 30 siglos de antigüedad
"El Día de Muertos es la fiesta más grande del año en México, incluso sobrepasando la tradición de la Virgen de Guadalupe y la Navidad, que se celebra el 12 y 24 de diciembre, respectivamente", indicó esta mañana el arqueólogo Eduardo Merlo. La tradición de herencia prehispánica, de cerca de 30 siglos de antigüedad, se celebra con una elegante comida que se prepara en honor a los muertos que vienen del más allá, comen, están iluminados conviviendo con la familia y se van con lo que puedan de la ofrenda. En conferencia de prensa el historiador mencionó que aunque la iglesia impuso el 1 y 2 de noviembre para recordar a los difuntos, las fiestas prehispánicas duraban al menos cinco días, de ahí que las celebraciones empiecen el 28 de octubre y terminen el 2 de noviembre, e incluso en algunos pueblos alejados de la ciudad empiezan desde el 15 de octubre. Dijo que con el tiempo esta costumbre se ha enfrentado diversos cambios, como el convertirse en un altar religioso, en el que se usa agua bendita, sal o imágenes de Jesús y la Virgen María, esto debido a la institucionalización de la iglesia. "Es simplemente una tradición que tiene que ver con la idea de que nuestros muertos vienen del más allá (...). Es importante decir que los muertos de la tradición no van a ningún lugar a sufrir, a purgar(...), uno de mis pleitos es que a veces se quiere convertir a la ofrenda en un altar, no se necesita sal, ni agua bendita porque el muerto no es el diablo como para que le pongamos agua bendita... Esos son inventos que se han cristalizado en las ciudades". Aunado a ello, indicó que la fiesta de muertos no está relacionada con el horror, espantos o sangre, ideas que tiene que ver con las tradiciones de los vecinos del norte y el Halloween, una tradición de apenas cinco siglos. Esta mezcla de expresiones culturales se ha visto ligada a ciertos niveles sociales y económicos, aseguró, pues la gente de pueblos, barrios y vecindades sigue mayormente la tradición mexicana; no así las personas que tienen mayor poder adquisitivo y la posibilidad de viajar y acercarse a la tradición del Halloween; en fechas más recientes también por los medios cibernéticos o las tiendas transnacionales que desde meses antes venden objetos alusivos, intercambiando, por ejemplo, los colores blanco y amarillo en la tradición prehispánica, por el anaranjado y negro, más de traducción europea. Aunque a la actualidad se ha acentuado el sincretismo y la mezcla el de Día de Muertos y el Halloween, dijo que la tradición no está en decadencia, sino que se ha incrementado y expandido más allá de los límites mesoamericanos, tanto que los países del norte han retomado la efervescencia del centro, expandiéndose a buena parte de los EU. Por ello, hizo el llamado a la comunidad y a las nuevas generaciones a mantener el respeto a la tradición, a que haga el esfuerzo para que los muertos los visiten ofreciéndoles una comida: "Pueden hacer todo lo que quieran, pero no olvidarse de los muertos (...). No hay nada peor que olvidar a nuestros muertos porque estamos olvidando nuestras raíces".
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