Altagracia Calderón, en busca de su historia

Guillermina Moreno trabaja con información acerca de la identidad de esta “heroína desconocida”

María Guillermina Moreno Córdova, historiadora poblana, continua con la búsqueda de información de Altagracia Calderón, considerada la "heroína desconocida". Se trata de un personaje, originario del municipio de Jalacingo Veracruz, punto que en el pasado formaba parte de Teziutlán, la mujer tuvo participación en diversos acontecimientos históricos, como fue el caso de la Batalla de Puebla, en el que jugó un papel importante como enfermera y luchadora social, motivo que la llevaría a ser una de las ilustres teziutecas, más importantes de la historia de Puebla.

La académica expuso que se trata de una mujer, nacida en 1837, casada con Gabino Ortega, quien estuvo a cargo de la Caballería Ligera que se formó en Teziutlán con desertores del ejército francés en 1863, donde de acuerdo a la historia, en un combate en Tétela del Oro, fue muerto Don Gabino Ortega, mientras que su mujer, Altagracia Calderón, en medio de una lluvia de balas pretendió recoger el cadáver de su marido, pero al no poder subirlo a su caballo, tuvo que abandonar el cuerpo, recogiendo sus armas, para que no quedaran en manos del enemigo.

Tras este hecho, narró que Altagracia Calderón se puso a las órdenes del general Ignacio Zaragoza, donde a partir del 4 de mayo de ese año, se refugió en la Iglesia de los Milagros, curando a los heridos de la batalla, entre ellos el general Porfirio Díaz, para posteriormente participar en la batalla del 2 de abril 1867, entre otras acciones, que la colocan como una de las poblanas heroicas, sin embargo, poco se sabe de sus antecedentes.

Según destacó, en otro combate con los imperialistas, Altagracia Calderón fue herida por una bala que le entró por el cuello y salió por la boca, lesión que le ocasionó una deformación física, adoptando de este modo un rebozo con el cual cubría gran parte de sus rostro, motivo por el que no existen fotografías o documento, ya que todo ello era guardado celosamente por este personaje, que tras su muerte, todo fue dado por perdido.

De acuerdo a lo investigado por María Guillermina Moreno, esta mujer también apodada La Cabra o La Charra, continuó en la lucha hasta 1872, para luego obtener una pensión del gobierno federal, que con el tiempo le fue retirada, muriendo sola y olvidada por todos a la edad de 80 años, el 17 de octubre de 1917, descansando sus restos en el panteón municipal de la ciudad de Puebla, donde le fue otorgada la perpetuidad.

 

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