La danza, un encuentro conmigo: Montero
Vidas paralelas... percepciones, aborda desde cinco escenas los momentos de la vida de la coreógrafa
La danza contemporánea es muy rica en el sentido, a diferencia de otras artes escénicas. En ella no se representa a un personaje, sino que es la misma persona interpretando las propias vivencias del ser humano, asegura la bailarina Gabriela Montero. Con 22 años de experiencia en los escenarios como bailarina de esta disciplina, la coreógrafa y directora de la compañía Tripulantes Danza considera que es esta forma un escaparate para gritar con el cuerpo y para decir todo lo que se tiene adentro. Es por ello que la puesta escénica de su autoría Vidas Paralelas... Percepciones, responde a una profunda necesidad de expresar, a través del movimiento, las diferentes maneras de percibir lo que es y fue el ser humano a partir de los otros, haciendo un recorrido por las vidas que se afectan a diario con el mutuo convivir. Esta obra de danza contemporánea -que fue presentada este fin de semana en el Teatro de la Ciudad- aborda desde cinco escenas los momentos de la vida de la coreógrafa, momentos que han marcado su existencia, pero que fácilmente pueden ser reconocidos por el espectador y con los que se siente identificado. Desde el libre albedrío, el reconocerse como una mujer de casi 40 años y el enfrentamiento a sí misma, la repercusión de los pensamientos positivos y negativos que tienen incidencia en todo el mundo, y la experiencia de haber conocido a mujeres que perdieron su libertad, entre otros temas y vivencias personales son los que se describen con sonidos y los movimientos de nueve bailarines en escena. Además de ello, la intervención de un artista sonoro experimental y una escena en la que se tiene la participación de sujetos del público que intervienen en escena, lo que hace de cada función una presentación única. "Yo quería plasmar en una de mis obras encuentros importantes que he tenido a lo largo de mi vida; incluso un encuentro conmigo, para poder reconocer al otro, y reconocer al otro para reconocer a los demás, incluso a los animales y a todo el mundo," mencionó la bailarina poblana. "Más que una profesión es una forma de percibir la vida," continúa en charla con este medio de comunicación, y confiesa que la danza contemporánea literalmente salvó su vida, pues al padecer una enfermedad congénita, su esperanza de vida se había acortado fue a través de esta expresión artística que da gracias a la vida y por ello comparte sus emociones a la vez que busca que los otros se sientan identificados.
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