Glafira Rocha: Lo que hago es jugar con la escritura

La escritora Glafira Rocha cuenta en La caja de Schrödinger la historia de dos hermanos y un triángulo amoroso bastante común

"Heidegger nos dice que si algo somos, porque nunca está definido, es que somos posibilidad. Eso nos angustia demasiado porque estar ahí, en la no posibilidad, en la no elección, es lo que nos lleva a experimentar nuestra finitud," comenta la escritora culiacanense Glafira Rocha, reconocida por mantener en su obra una línea existencial.

A propósito de las actividades de Curso del Colegio de Lingüística y Literatura Hispánica de a FFyL BUAP, la autora la dramaturga y guionista visitó Puebla recientemente para ofrecer una charla de su libro de más reciente publicación, La caja de Schrödinger.

La caja de Schrödinger es diferente a otras obras, ya que está pensada y escrita siguiendo la idea de Schrödinger; es decir, el espectador es quien arma su historia y, en consecuencia, hay tantos relatos como asistentes al teatro.

Publicada por Valparaíso Ediciones y Círculo de Poesía, lleva al espectador - o al lector- a sumergirse en profundos pensamientos existencialistas, y las múltiples posibilidades del ser.

La historia se desarrolla a partir de dos hermanos y una relación amorosa con una inquilina. Es el relato de un traductor, un fotógrafo y una bailarina -o no- en una situación aparentemente bastante común. El personaje principal, que es un arrogante intelectual que le encanta citar a filósofos, mientras que la simplicidad de los otros dos personajes aligera las circunstancias.

La propuesta de esta obra se complejiza, según dijo la propia Glafira Rocha a El Popular diario imparcial de Puebla, a partir de que puede ser leída o actuada desde diversas posibilidades, de ahí el título La caja de Schrödinger, retomada de la famosa paradoja de la física cuántica desarrollada por el científico Erwin Schrödinger.

Esas múltiples posibilidades hacen que puedan existir variaciones en la historia, juego con los personajes: "Lo que yo hago es jugar con la escritura de la obra desde el planteamiento de lo que significa esta propuesta del científico Schrödinger, es algo a lo que yo me quise arriesgar."

Explicó que escribió escenas independientes y las lanzo al piso en varias ocasiones, en cada una al levantarla surgía una nueva versión, pero se mantenía el sustento de la historia.

"Así lo hice y para mis ojos y funcionó. Yo las tiré tal cual al piso y lo eché a la suerte a ver que salía; entonces para mí fue jugar, arriesgarme a que tuviera una coherencia la historia y creo que el lector o espectador es el que decidirá cuál es la estructura."

En su carácter de estudiosa de la literatura, la filosofía y psicoterapia, pueden verse rastros de Kieerkegard, Heidegger y el existencialismo, es por ello que menciona "La posibilidad que nos da la vida y nos da la existencia porque yo puedo elegir un camino o puedo elegir otro y eso me dice justo como me estoy creando."

Menciona que aunque se abordan todos estos temas propios de la filosofía, entrar a la obra no resulta complicado, sobre todo en el montaje, porque el personaje principal interactúa con el público.

Así, esta obra invita a descubrir sus múltiples posibilidades, además de hacer que la audiencia quede en un estado de reflexión profundo, aunque no comprenda exactamente los conceptos filosóficos.

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