“El circo no son los payasitos en el zócalo”
La Asociación Nacional de Empresarios y Artistas de Circo se reunió en la universidad Mesoamericana
El circo en México tiene más de 200 años, por lo que es muy importante su reconocimiento institucional y que la cultura le dé el lugar que merece como un arte, a decir de Judith Fuentes Townsend, quinta generación de la familia de cirqueros Fuentes Gasca. Lo sentencia así a propósito de su participación la mañana de ayer viernes en la conferencia Circo Patrimonio Cultural de la Humanidad que organizó la licenciatura de Artes Escénicas y Circenses Contemporáneas de la Universidad Mesoamericana, en la que se reunieron miembros de la comunidad circense local y nacional y también integrantes de la Asociación Nacional de Empresarios y Artistas de Circo Mexicano, ello a fin de discutir acerca del punto de acuerdo que recientemente se presentó en la Cámara de Diputados a nivel Federal para que el circo sea reconocido como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad. También lee: Relatan llegada de franceses a México "Es muy necesario el reconocimiento institucional y en la cultura, que le den el lugar que merece el circo como un arte porque en él se unifican muchas disciplinas como la danza, la estética, la música, las facultades que tiene un ser humano por ejercitar el cuerpo y también hay esa magia en el circo, por lo cual sigue subsistiendo hasta el día de hoy," señaló en breve entrevista con El Popular, diario imparcial de Puebla. Añadió que debería de reconocerse que "el circo no son los payasitos en el zócalo", por más es un espacio que se concibe ya desde una tradición familiar -en su caso desde su tatarabuelo-, son carpas y espacios en los que se dan las condiciones específicas para que se logren funciones en las que hay mucha disciplina y trabajo. "Para nosotros es fundamental el reconocimiento de este punto de acuerdo, porque el circo en México, igual que en el extranjero, es una tradición viviente que ha sido heredada generacionalmente que contribuyen a la cohesión social." En ese mismo sentido, Julio Rebolledo Cárdenas, director de la licenciatura de Artes Escénicas y Circenses Contemporáneas, señaló que hasta la actualidad el circo ha sobrevivido a diferentes circunstancias como la desaparición de los animales y el cambio de gustos en los públicos tanto infantiles como adultos, por lo que el reto es volver a interesar a los niños a asistir a los espectáculos de arte escénico. Alrededor de hace dos años que se aplicó la ley para no involucrar a los animales en los espectáculos, lo que ha tenido -señaló- un impacto brutal en el desarrollo de la práctica, puesto que éste era un atractivo que ya se asumía como propio de los circos, por lo que en su carácter de historiador aseguró que fue una decisión errónea, ya que históricamente el único arte escénico que incorporó al animal a la escena fue éste, algo que se perdió de la noche a la mañana: "Que hayan quitado los animales me parece un error histórico, porque no eran ciertas todas las historias que se inventaban acerca del maltrato. Nadie puede comprar un animal carísimo -hablamos de 300 mil dólares que cuesta un elefante- para agarrarlo a golpes. Desgraciadamente, en su momento la comunidad no estuvo lo suficientemente organizada y algunos sacaron partido de eso." Por ello puntualizó que si el maltrato animal era la idea de la oposición, lo que se debió haber tratado fue justamente las normatividades para proporcionar ambientes saludables hacia las especies animales y no eliminarlos, además de un control estricto por parte de Semarnat, que de hecho se hacía. Aun así, mencionó que lo que se debiera hacer a través de reconocer el circo como Patrimonio Cultural Inmaterial es proteger la actividad, que fluya la información correctamente y escuchar todos los puntos de vista, porque reconocer el circo es una medida que va a proteger la actividad.
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