Lunes 20 Mayo 2019

A través de "Un sueño interoceánico: Viaje por el Istmo de Tehuantepec" , el Museo Nacional de los Ferrocarriles Mexicanos narra la historia y el contexto cultural en torno a la construcción del Ferrocarril que conectaba el puerto de Veracruz con Oaxaca.

Se trata de una exposición fotográfica archivada en el Centro de Documentación e Investigación Ferroviaria. Este centro cuenta con más de 80 mil imágenes que componen una colección de historias importantes para e acerbo cultural del país.

Las 31 fotografías que se muestran en la exposición, fueron capturadas por Don Carlos Landa y Escandón, a finales del siglo XIX. En ellas se observa el proceso de construcción del ferrocarril y la situación en la que vivían los habitantes del Istmo de Tehuantepec.

El curador de las fotografías, José Antonio Ruiz, jefe de Museología, explicó para El Popular, diario imparcial de Puebla la importancia de estas exposiciones radican en compartir con la sociedad la relevancia de la participación de este ferrocarril no sólo para el comercio mexicano, sino también para países como Estados Unidos, que buscaban una ruta comercial que pudiera conectar el Golfo de México con el Océano Pacífico. 

Explicó que el álbum capturado por Landa y Escandón está compuesto por 112 imágenes y 72 perecen al Istmo de Tehuantepec, donde de una manera visual puede compartir la situación que se vivía al construir esta vía.

"Esto es bien importante por este sueño, porque para todos desde el siglo XIX encontramos por ejemplo relatos de cuál era la forma de llegar de Nueva Orleans hasta San Francisco", dijo haciendo hincapié en la relevancia de la ruta que recorría el ferrocarril para el comercio internacional.

Reconoció además que existe interés por parte del comercio internacional y de las autoridades mexicanas por retomar esta ruta debido a los beneficios que suponen los puertos que conecta.

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La historia

El museólogo narró para este medio, que el interés de construcción de esta ruta comenzó desde el siglo XVI cuando Hernán Cortés comenzó a hacer las primeras exploraciones para poder tener una ruta más corta entre el atlántico y el pacífico, posteriormente en el siglo XVI el Virrey de Bucareli también ordenó los estudios correspondientes para poder cruzar por la ruta mencionada.

En ese momento, por motivos de comercio las únicas rutas que estaban siendo analizadas eran las de Centroamérica por lo que la planteada para el Istmo de Tehuantepec representaba primordial interés entre los principales países comerciantes.

Posterior a la consumación de la independencia de México, al interés de la construcción de un canal de comunicación que uniera los dos mares, se sumaron los franceses, pero no pudieron lograr la construcción. Fue hasta 1842 se da la primera concesión de construir un primer ferrocarril que iría de Coatzacoalcos a un punto en el Istmo de Tehuantepec en el lado del pacífico y de ahí comienzan a darse varios intentos de varios países por apoderarse de la ruta.

 

De 1842 hasta 1880 se siguieron dando las concesiones pero no se avanzó ningún kilómetro de vía, y para 1893 comienza por fin a construirse, pero no es sino hasta 1899 en que ya se comienza a dar la construcción de manera continua. Sin embargo la construcción que se hizo, no se realizó de una manera que pudiera soportar el tráfico comercial que habría, y por otro lado los Norteaméricanos se olvidan de la ruta porque para entonces ya contaban con la de Panamá.

La concesión se otorgó en 1894 a los ingleses, específicamente a los Pearson que ya habían trabajado con la reconstrucción del puerto de Veracruz. Es entonces cuando la Compañía Samuel Pearson and Son Limited comenzó la construcción que iría desde el Puerto de Coatzacoalcos hasta el Puerto de Salina Cruz.

El 23 de enero de 1907 se inaugura el el Ferrocarril Nacional de Tehuantepec, por el entonces presidente Porfirio Díaz.