Lunes 03 Junio 2019

Al tener en nuestras manos el Árbol de la Vida podemos observar detenidamente sus ramas que son elaboradas cuidando el mínimo detalle y es que en cada rama se encuentran plasmadas las tradiciones de la región Mixteca.

 En los detalles puede observarse que hay unos personajes que representan a Adán y a Eva con una serpiente, simbolizando el inicio de la vida; y posteriormente en las ramas del árbol se ven animales como búhos y mariposas, entre alimentos como manzanas y maíz; hasta llegar a la punta, donde se ubican los candelabros.

Origen

Está artesanía tiene su origen en la puerta de la mixteca en la región poblana de Izúcar de Matamoros y es que a pesar de que muchos otros lugares en México se han adjudicado su origen, fueron los izucarenses quienes comenzaron con este trabajo artesanal. 

Historia

Después de la conquista española, los invasores se encargaron de deshacerse de los objetos que representaran a las deidades de los habitantes de la Nueva América, enseñando nuevas tradiciones.

Se dice que esta artesanía se les regalaba a los recién casados como símbolo de abundancia y fertilidad para su matrimonio; sin embargo, esta tradición se ha ido perdiendo con el tiempo. La familia Castillo fue la que inició con el primer taller hace más de 250 años.

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Actualidad

Los artesanos se dedican a la elaboración de estas piezas han buscado promover el Árbol de la Vida en todo México y en el mundo

Un grupo de artesanos solicitó el apoyo del Ayuntamiento para edificar un mercado de artesanías junto a la reconocida iglesia del Calvario, donde se exhiben sus creaciones y promueven los talleres que se imparten para no dejar morir esta tradición. Este parque fue decorado con la temática de los Árboles de la Vida, y puede visitarse todos los días de manera gratuita.

Competencia

Existen otros estados en el mundo, a donde ha llegado esta artesanía, y los pobladores de estas ciudades como Metepec en el Estado de México, la han adoptado y personalizado conforme a su cultura y su contexto social, sin embargo, han reconocido que es una adaptación de la versión original nacida en el municipio poblano.

Artesanos

Celestino López Hernández, un hombre con las manos pintadas y el corazón lleno de orgullo por sus raíces, explicó para El Popular, diario imparcial de Puebla, que la peculiaridad de esta artesanía radica en que no existen moldes para realizarla, ni una línea de diseño que determine los detalles de su decoración lo que distingue a esta artesanía de las mismas que se realizan en otros estados de la República Mexicana, son las grecas y decoraciones que cubren todo el árbol.

Resaltó que a diferencia de otros artesanos que llevan su vida dedicándose a esta tradición, él lleva elaborando los Árboles de la Vida desde hace 20 años.

"Yo me he especializado mucho en trabajar dos líneas: la línea tradicional que es la base de candelabros pero también lo contemporáneo, diferentes escenarios."

López Hernández, con la nostalgia que le produjo el recuerdo explicó que comenzó a elaborar árboles, una vez que tuviera que dejar sus estudios universitarios por falta de recursos económicos y trabajara de jardinero en casa de un artesano, donde aprendió la elaboración y se enamoró de la práctica. A partir de ese momento dedicó su vida a ser artesano e inclusive fundó su propio taller donde imparte clases con el objetivo de compartir y heredar la tradición de esta práctica.

A lo largo de su trayectoria, ha propuesto nuevas artesanías con el mismo sentido que los árboles, como biznagas, calabazos y vasijas, siempre manteniendo la técnica original que ha sido transmitida por varias generaciones.

"Me manifiesto en este arte, es mi pasión y es mi gusto. No puedo permitir que la tradición se muera, por eso quiero compartir con las nuevas generaciones las técnicas y la historia que hay detrás de cada árbol," finalizó lleno de orgullo y con un semblante de felicidad.

En Izúcar de Matamoros existen menos de 15 talleres donde se imparten clases para la elaboración de esta artesanía, y los costos del árbol de la vida, varían conforme al tamaño y la complejidad del decorado, desde 300 hasta más de 10 mil pesos podría costar un ejemplar de estos.