09 Junio 2019

Actualmente, para muchos que recorren el Centro Histórico de la Ciudad de Puebla, pasa desapercibido uno de los sitios más curiosos que rodean el zócalo y aunque ha sido reconocido con diferentes nombres, su importancia radica en que se construyó a la par del primer ayuntamiento.

Se trata del "Pasaje del Ayuntamiento", o como algunos lo conocen, "Pasaje Francés".

El vidrio y Pellandini

La historia de la utilización del vidrio comprende un sector interesante de la arquitectura en el país, debido a que el vidrio primero fue utilizado para crear recipientes y solamente en la construcción de recintos muy importantes, para iluminar su interior. En1851, con la construcción del Palacio de Cristal en Londres, la arquitectura de todo el mundo dio un giro en torno a la utilización del vidrio, incluido México. Puebla fue un estado productor de vidrio, una vez que los franceses decidieron instalar sus fábricas después del periodo de la Independencia en México.

Claudio Tranquilino Pellandini fue uno de estos empresarios que llegarían al país en 1868 para dedicarse a la importación de cristales franceses, especialmente vidrios biselados y policromados que eran pintados o recubiertos con esmaltes de colores.

El trabajo de Pellandini puede apreciarse en varias iglesias y recintos culturales del estado y fuera de él, como el que se observa en el Museo José Luis Bello y González y el del Centro Mercantil de la Ciudad de México.

El pasaje

En la entrada y salida del Pasaje del Ayuntamiento, ubicado entre las calles 2 Oriente y Juan de Palafox y Mendoza, se ubica un llamativo vitral en colores azul y verde. Se trata de un escudo de la ciudad de Puebla, elaborado por el referido Claudio Pellandini.

Este pasaje fue ideado cuando se construyó el primer Ayuntamiento de la ciudad en 1536. Sin embargo, fue en 1537 cuando tomó forma de callejón, al dividir el edificio del Ayuntamiento del Portal Hidalgo, que en ese entonces se llamaba "Portal de la Audiencia".

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Posteriormente se edificó una capilla para que los poblanos pudieran asistir a misa, pero poco después fue conocido como el "Callejón de la Carnicería", por la instalación de un establecimiento de este tipo en la otra salida del callejón. Después ha tomado otras funciones que han derivado en el nombre con el que se le ha ido identificando: "Callejón de la Alhóndiga", "Callejón de la Cárcel" y "Callejón del Teatro".

Fue en 1901 cuando se le adecuaron los cristales por los que se reconoce a este espacio, y fue ahí cuando se le nombró "Pasaje del Ayuntamiento", aunque popularmente se le conoce como "Pasaje Francés".

Hoy en día, en el callejón pueden encontrarse diversos puestos de artesanías poblanas y de dulces típicos del estado. Además cuenta con bancas en el centro del callejón, que permiten descansar un momento.

Testigo de amor y melancolía

El Pasaje Francés ha sido testigo de miles de historias de amor, desamor, alegrías y tristezas; como el caso de don José García, quien relató para El Popular, diario imparcial de Puebla que hace 53 años conoció a quien fuera su esposa en la tienda de "El Caballero Elegante", un establecimiento muy famoso en la ciudad por las confecciones de ropa. Don José recorría todos los días el callejón para visitar y conquistar a la mujer que lo enamoró desde la primera vez en que se conocieron, y después caminaba de la mano con ella a diario, hasta que la convirtió en su esposa.

Sandra García, hija de don José, visita el pasaje con su padre todos los fines de semana sin falta, para salir a relajarse un rato y recordar la bella historia de amor que vivieron sus padres. Además añadió que con su madre pasaban siempre que podían a un reconocido lugar donde vendían tortas de pipián y mole.

"Me acuerdo que desde que tengo uso de razón, con mi mamá veníamos al centro o algo, y pasábamos aquí a comer las tortas; nosotros las conocíamos como las tortas del Jirofis." ("El Giroflé" era su verdadero nombre).

Vox populi

En un sondeo realizado por este medio, la mayoría de los poblanos encuestados afirmaron desconocer la historia que hay detrás de la realización del pasaje; sin embargo, aseguraron que se trata de uno de los lugares más famosos en Puebla.

Adriana, 18 años: "No conozco la historia del pasaje, lo conozco como Pasaje del Ayuntamiento. Yo trabajo aquí vendiendo artesanías, peluches, talavera y dulces típicos. Pasa mucha gente, la mayoría son turistas."

Ivonne, 25 años: "Sé que se llama el Pasaje del Ayuntamiento, pero no sé por qué. Hay bastante flujo de gente, luego se tardan como dos horas o nada más se quedan sentados aquí. He visto que han venido a grabar películas o videos."

América, 17 años: "Me gustan los vitrales. No vengo muy seguido, pero cuando vengo es para cruzar al zócalo, o cuando vengo a la catedral, me gusta pasar por aquí."

Leslie, 18 años: "La gente viene mucho a tomarse fotos, en especial los turistas. Es un punto de encuentro para muchas persona; yo paso por aquí cuando salgo a pasear."

Este espacio es visitado actualmente de manera diaria por cientos de turistas que son atraídos por los vitrales y la estructura del techo del pasaje, que llama tanto la atención que inclusive ha sido escenario de varios cortometrajes y películas como la cionta mexicana La familia de mi ex, que fuera dirigida por el productor, escritor y director Rodrigo Vidal.