Martes 11 Junio 2019

Afrontar los problemas es el primer paso para superarlos, verlos de una forma representada puede contribuir al proceso de superación. Este es el mensaje de la puesta Arráncame la vida, que invita a la reflexión sobre como hacer frente al cáncer.

La historia pertenece al dramaturgo mexicano Alejandro Licona y muestra la vida de una joven que lleva una vida sana y sin excesos a la que se le detecta un tumor cancerígeno. En el nudo del relato, la protagonista tiene que enfrentarse al tumor y deshacerse de varios prejuicios que la rodeaban, para poder superar el problema. 

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En entrevista con El Popular, diario imparcial de Puebla, el director de la adaptación que se presenta en Puebla, explicó que en el mensaje de la obra, también se aborda el mal que a veces es necesario en la vida para poder eliminarlo de las personas. "Es un mal que es necesario, pero que se tiene que acabar porque sólo es una fase (…) Arráncame la vida no es sólo la vida, es también arrancarse las ideas," dijo.

¿Cuál es la trama de la obra?

− La obra narra a una mujer llamada Sandra que le descubren un cáncer, y lo peculiar de la obra es que el humor se hace presente, el cáncer es un personaje y establece una relación como diríamos tóxica.

¿Cómo tomaste la decisión de montar esta historia?

−Más que de mí, fue una decisión de todo el colectivo. Estuvimos leyendo varios textos a ver cuál nos gustaba y nos movía, estuvimos viendo varias y este texto se nos hizo muy actual, muy vigente y que tenía mucho que decir, a parte es un tema que habla mucho y toca mucho, sin embargo, no se muestra como la vida de alguien, entonces creo que de esta manera nos sensibilizó. Estuvimos comentando en el colectivo cómo es que nosotros tuvimos una relación con el cáncer en general y así nos identificamos con la obra.

¿Dónde se representa el título de la obra en la puesta?

−Ése es el clímax de la obra, cuando Sandra y el tumor están en la sala del hospital esperando la operación de Sandra, en la que le van a extirpar el tumor canceroso. Es en esos momentos cuando llega el tumor a hablar con ella y le dice que se le va a acabar su vida y en seguida Sandra le dice 'la vida que se me acaba a mí porque nace en todo mi cuerpo', entonces creo que de alguna forma aquí se hizo literal aunque sea una forma metafórica, se le arrancó la vida que existía a través del tumor.

¿Cuál es la enseñanza que nos deja Licona en esta historia?

−Nosotros somos un colectivo, entonces al montar la obra estuvimos haciendo un trabajo de mesa muy riguroso, clase por clase llegamos a la conclusión de que Sandra es un personaje muy ortodoxo, un personaje que nunca sale de fiesta, que se la pasa leyendo, estudiando, come cosas muy sanas, va al gimnasio, no toma, no fuma; entonces caímos en la conclusión con el colectivo que el personaje del tumor es como un mal necesario. Con esto me refiero a que es un personaje que se necesitaba o una fase de la vida por la que necesitaba pasar Sandra para poder superar varios tabús que tenía en su vida diaria, como que fumar le puede causar cáncer o que tomar puede generar alguna enfermedad o que se puede contagiar de cualquier enfermedad en la calle.

¿Cómo fue la interiorización del mensaje?

−Comprendimos no solamente la obra, porque de ahí partimos, pero entendimos los personajes de cierta forma a profundidad y lo que tenemos en mente llevar a la puesta, es la comprensión de los personajes y cómo se relacionan entre ellos.