Martes 11 Junio 2019

El danzón en México este ritmo de baile nació en Cuba cuando el matancero Miguel Failde y Pérez (1852-1921) presentó el primer danzón titulado Las alturas de Simpson'en 1879. Años más tarde en 1890, este género musical llega a México a través de los cubanos que visitaban las costas de Veracruz y Yucatán; y poco a poco se fue extendiendo por todo el territorio mexicano.

Uno de los músicos que más popularizó el danzón, fue Dámaso Pérez Prado, un cubano nacionalizado mexicano en 1980 que causó polémica en su momento, por tener la intención de interpretar el Himno Nacional Mexicano al ritmo de mambo.

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"El danzón es Vida" Así lo reconoció la señora Lupita, quien lleva 20 años practicando este baile, que le ha dejado grandes experiencias, lecciones de vida y hasta el encuentro con el amor de su vida.

 Lupita y Edgar una pareja que dio muestra de la elegancia que merece el danzón en cada uno de sus movimientos.

La iniciación

En una charla con El Popular, diario imparcial de Puebla, la señora Lupita platicó que hace 20 años, iniciada por su familia, se adentró en el mundo del danzón, aunque en ese tiempo bailaban en los portales del Centro Histórico.

"Comencé a bailar más que nada por la familia, porque todos sabían bailar y yo no, entonces tuve que aprender. El danzón significa vida, salud bien estar… olvidarse de todos los problemas y disfrutar."

Lupita, dice sentirse viva cada que baila un danzón, pues es ahí donde ha encontrado una manera de olvidarse de los problemas cotidianos, "el día que ya no baile, ya no estaré viva," dijo.

La desgracia

Tras la muerte de tres de sus familiares en un periodo menor a un año, fue en el danzón donde encontró la manera de superar esta adversidad, de modo que se volvió una práctica necesaria para poder seguir adelante con su vida normal.

"Primero murió mi mamá, a los dos meses mi tía que estaba en casa y luego una hermana menor que yo, tres en un año. Gracias al danzón logré superar todo ese problema. El danzón es vida, nos hace olvidar muchos problemas, nos relaja y nos motiva a ser mejores cada día."

La recompensa

El regalo más grande que pudo recibir por el danzón, fue el de haberse encontrado con quien caminaría de la mano por el resto de sus días. De acuerdo con el relato de Lupita, fue en esta práctica donde conoció a Edgar, un hombre proveniente de la Ciudad de México, que se convertiría en su pareja de vida.

"Aquí conocí a mi pareja de vida, desde el primer momento en que nos vimos, al tomarnos de las manos dijimos 'no nos vamos a soltar', y hasta ahorita tenemos ya 10 años juntos."

La señora Lupita exhortó a la población a unirse a esta actividad, argumentando que podrán encontrar una salida al estrés que se vive todos los días, sin importar la edad.

"Yo invito a toda la juventud a que se venga a relajar y a olvidarse de todos sus problemas; y a la gente grande que venga a disipar todos sus problemas, aquí bailando se olvida uno de todo," sentenció.