En la actualidad, la sociedad ha establecido paradigmas que establecen un sistema de creencias y comportamientos que rigen distintos temas que poco son tratados de una manera abierta, como el caso de la sexualidad de los seres humanos. Independientemente de las preferencias sexuales y la identidad de género, la sexualidad transita actualmente en un tabú de comportamientos, en que no se puede hablar abiertamente de este tema como un derecho y una necesidad humana. La castración cultural que ha sufrido el tema de la sexualidad ha provocado un sinfín de controversias alrededor de las obras de arte (literatura, pintura, escultura), por lo que estas piezas se encuentran aisladas del resto del arte contemporáneo. Lee: Poesía es arte con la imagen-espejo: CisnerosEl escritor Ángel Moisés Caudillo Rojas, popularmente conocido como Moncho cuentacuentos, presenta su más reciente creación literaria La Pel(h)ambre, donde recopila textos que hablan del hambre y la necesidad de la sexualidad. En entrevista con El Popular, diario imparcial de Puebla destacó que en los poemas que conforman el libro, el autor podrá identificarse con lo fragmentarios que pueden ser la vida y el instinto sexual que vive cada persona. "Es un poemario, un libro estructurado en esta sola idea, lo fragmentario. Son pequeños textos poéticos que se pueden hermanar, porque hay tres maneras de leerlos. Todos obedecen a una época inquieta, una época abiertamente sexual que define esta voz que busca la autenticidad y que busca siempre dejar testimonio de que siempre el placer es parte importante de la vida." La presentación del libro La Pel(h)ambre, se llevará a cabo el próximo jueves 25 de junio a las 17 horas, en las instalaciones de Talavera Armando, ubicado en el Centro Histórico de Puebla.
¿Por qué escribir sobre un tema tan controversial en la actualidad como lo es la sexualidad? -Es importante hablar y dejar un testimonio de ciertas maneras de vida que podrían ser tachadas de "incómodas o de cínicas", es parte de la vida y de este instinto animal que tenemos y que está presente desde la literatura antigua y siempre va a estar ahí, y que sin duda da una dimensión al individuo.
¿La sociedad sí está preparada para romper paradigmas de la sexualidad? - Yo siempre he roto con eso, nunca me he sentido preso y he sido muy abierto; entonces yo no he tenido estas dificultades. Aunque reconozco sin duda que hay mucho por hacer y hay una violencia oculta; también hay una aceptación disimulada, timorata, que te dicen que sí pero que en realidad no hay aceptación, sólo hay cierta tolerancia.
¿Hay parte de tu experiencia plasmada en este libro? - Hay algo de mí, hay algo de lecturas y hay algo de todo. Quiero que la gente lea; yo busco lectores más que seguidores. Espero que se sientan identificados, porque de pronto uno puede caer en los excesos de manera desaforada y vamos a darnos cuenta que finalmente se vuelven fragmento.
¿Esta redacción tiene inclinación a la literatura gay? - No, a mí no me gusta clasificar algo como literatura gay o algo así, porque me parece que los textos son para quien los quiera leer y para quien se pueda identificar, porque además el instinto sexual lo tenemos todos y entonces no es necesario.
¿Qué tendrías que decirles a las personas que se alejan de este tipo de literatura? - Yo creo que hay obras mucho más transgresoras en ese sentido. Mi trabajo en sí solamente es dejar un testimonio y percibir el fragmento y el instante, que puede ser nada pero que también puede constituir una personalidad y una voz poética. |