Rufino Tamayo, un personaje cuyo nombre ha trascendido por varias décadas
Rufino Tamayo, un personaje cuyo nombre ha trascendido por varias décadas. Escuelas, auditorios y recintos culturales llevan su nombre. Pero, ¿quién fue Rufino Tamayo? ¿Cuál fue su aportación? ¿Qué hizo para que un museo llevara su apellido? Nacido en Oaxaca en 1899, Rufino del Carmen Arellanes Tamayo, o como todos le conocemos 'Rufino Tamayo', fue desde pequeño una persona que tuvo que enfrentarse a las crueldades de la pobreza y el desamparo que derivó de haberse quedado huérfano a los 12 años. Una vez establecido en la Ciudad de México al cuidado de sus tíos, en la famosa calle de Palma, ocurrió un primer encuentro con el arte, cuando comenzó a coleccionar las postales que eran copias de pinturas de grandes personajes de ese tiempo. Lee: Exponen 26 obras inéditas de José Luis CuevasSu formaciónSu instrucción educativa estuvo siempre dirigida a la contabilidad, con el fin de que al crecer pudiera dedicarse al negocio de la familia. Sin embargo, su gusto y afán por el arte, lo llevaron abandonar su carrera para asistir de oyente a la Escuela Nacional de Artes Plásticas de Bellas Artes, donde ingresaría en 1917. De manera poética y abstracta, Tamayo comenzó a plasmar su cotidianidad, que se encontraba envuelta en el sistema social inestable que fue el resultado de la conclusión de la Revolución Mexicana. Sus iniciosLas primeras obras de Tamayo fueron duramente criticadas, por la peculiaridad del carácter y la espiritualidad de los mexicanos que plasmaba en sus obras. Se llegó a decir que estas piezas estaban en contra de los ideales revolucionarios. Después de algún tiempo, y como resultado de la condensación política que existía en el país, Tamayo decidió irse a Estados Unidos, donde encontró la libertad de poder desarrollar su talento. Fue en este periodo que el autor pintó sus obras más emblemáticas y exploró en diversos géneros de la pintura, hasta llegar a la madurez para consagrar su pintura a la experiencia humana. Realismo poéticoLuego de los conflictos sociales que existían dentro y fuera del país, el artista encontró la inspiración idónea para poder realizar una pintura simbólica en que pudiera plasmar las emociones de las personas, de modo que sus piezas convocaban a la reflexión de quien las admiraba. Así, su fama se expandió no sólo en México y en Estados Unidos, sino también en toda Europa, donde radicó por algún tiempo. Fue invitado a realizar dos murales en el Palacio de Bellas Artes, al lado de sus epígonos Diego Rivera, Alfaro Siqueiros y José Clemente Orozco. En los años siguientes Rufino Tamayo, siendo una celebridad del arte, fue reconocido en diversas galerías y museos donde exponía su arte. Participo en la edición XXV de la Bienal de Venecia y pintó varios murales de París. Su legadoSin duda, las obras de Rufino Tamayo marcaron una etapa del muralismo en México, al lado de los pintores más reconocidos en su momento. Fue reconocido de manera internacional y nacional en los recintos culturales más importantes de Europa y América. Su acervo es de alrededor de mil 300 óleos, de los que se tiene conocimiento, entre los que se encuentran obras gráficas, dibujos, murales y un vitral. A poco menos del 30 aniversario de su muerte, Rufino Tamayo es recordado en diversos homenajes. En el Museo Tamayo Arte Contemporáneo se encuentra una exposición que alberga una muestra con obras que el artista realizó en el Tamarind Lithographic Workshop, un taller y laboratorio de experimentación. |