Miércoles 24 Julio 2019

Diez días han pasado desde la inauguración de la exposición Tokio Blues, que se muestra en la presidencia de la junta auxiliar de San Baltazar Campeche, y la obra, casi invisible, pasa desapercibida entre los transeúntes.

La obra fue mandada a un rincón de la explanada, donde no se logra apreciar por completo, y a pesar del buen estado de las piezas, nadie se acerca para contemplarlas.

Entre tantas actividades que se realizan alrededor de la presidencia, los colonos decidieron mandar las obras a una esquina, pues les generaban un "estorbo" a la hora de transitar por el recinto.

"Ni siquiera sabía que era una exposición de arte, nomás vi las lonas ahí y pensé que eran unos dibujos de alguien, pues sí estorban porque aquí se hacen otras cosas y hay que estar corriendo," señaló una de las presentes.

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La exposición

La muestra del autor Guillermo Huerta está conformada por diversas técnicas de ilustración, tanto digital como manual, en la que se aprecian rostros con un semblante de tristeza y preocupación, inspirados en la obra del escritor Haruki Murakami.

Inaugurada el pasado 13 de julio, esta exposición estará disponible hasta el 4 de agosto del presente año.

Guillermo Huerta es un artista nacido en Puebla, cuya trayectoria lo ha consolidado como uno de los ilustradores favoritos en el sector artístico. En sus obras destaca la utilización de colores vivos saturados, teniendo como objetivo demostrar que los cánones de belleza y arte que se han establecido como sociedad, pueden romperse a través de ilustraciones únicas.

El Instituto Municipal de Arte y Cultura de Puebla (IMACP) presentó también una muestra artística en el pasaje del Ayuntamiento, conformada por ocho ilustraciones a gran formato, y que estarán exhibidas hasta el 8 de septiembre.

La obra literaria

Tokio blues, norwegian wood es una novela que en su lanzamiento se convirtió en una de las favoritas para el Premio Nobel de Literatura.

Su argumento narrativo aborda dos principales temas: la muerte y la nostalgia, en los que transitan situaciones como el apetito sexual de los adolescentes y la aceptación existencialista.

La protagonista, Toru Watanabe, cuenta en un momento de complejidad realista sus experiencias de hace 20 años, cuando era estudiante. En una narración melancólica, ella recuerda los amores por los que ha transitado, y enfatiza una vida huyendo de la muerte que parece hacer una persecución en cada uno de sus relatos.