Vivir de la literatura no es fácil: Juan Carlos Aldir

“En este mundo las actividades que no dejan una producción económica son relegadas a segundo término, por ejemplo la literatura y las humanidades”

Dónde empieza la noche es un libro en el que el lector se adentrará en una atmósfera de misterio, intriga y romance a través de las narraciones de tres personajes: Bruno Dorantes, Leonardo Herrera y Sandra Merino.

El hilo conductor del libro es la historia de Bruno Dorantes, quien tiene una vida en la se siente atrapado, como si fuera ajena, una madrugada un accidente que está a punto de ocurrirle le cambia la vida, ya que se percata que el conductor está herido y lleva una bolsa en el asiento del copiloto. A partir de este suceso se detona la historia, que se encuentra con los otros dos personajes; Leonardo y Sandra.

En entrevista con El Popular, diario imparcial de Puebla, el autor de la obra Juan Carlos Aldir relató el proceso para escribir este libro y lo difícil que resulta para los autores publicar su obra.

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¿Cuál fue la inspiración para escribir Donde Empieza la Noche?

— El proceso creativo comenzó a partir de que me hice la pregunta de cómo funciona el poder, y no entendido como una entidad que nos gobierna, sino como un entramado de influencias que tratamos de infundir a los demás para lograr lo que queremos, desde esa perspectiva todos tenemos un nivel de poder.

A partir de la respuesta a mi pregunta, decidí escribir una historia en la que el lector de sintiera identificado con las tres historias que se entretejen a lo largo de la narración.

¿Cómo se cuenta la historia en el libro?

— Son tres narrativas, los personajes cuentan desde su perspectiva en primera persona lo que ocurre, aunque uno de los personajes lo hace en segunda persona. Hay un narrador que va contando lo que va ocurriendo en el presente en la novela que se sitúa en el 2009. Los personajes van rememorando sucesos del pasado, lo que se traduce en ciertas anacrónias.

¿Estudiaste literatura?

— Comencé a estudiar literatura pero no pude terminarla porque me tocó una huelga de la UNAM, pero después decidí estudiar filosofía. Esta disciplina influyó en la manera en la que construí la historia; trate de trasladar la filosofía al lenguaje de la literatura, con elementos de drama, acción y pasión que atrapen al público.

¿Cuáles son los escritores que han influido en tu formación como escritor?

— Pues podría decir que Tolstoi y Dostoievsky fueron de los primeros autores que leí, pero la literatura hispanoamericana también jugó un papel fundamental en mi formación. Es una mezcla de todo.

¿Qué tan difícil es escribir un libro y publicarlo?

— Tiene una complejidad por dos vías, la primera es que la escritura demanda mucho tiempo, lo que te absorbe de otras actividades; sobrevivir de la literatura no es fácil, uno debe generar un balance entre actividades que te dejen ingresos y las que te gusta.

En este mundo las actividades que no dejan una producción económica son relegadas a segundo término, por ejemplo la literatura y las humanidades. Por otro lado, encontrar alguien que te quiera publicar es sumamente difícil.