Mi obra tiene que ver con la intervención del espacio público: Edgar Olguín
El fotógrafo Edgar Olguín dijo que el propósito de sus fotografías es que la historia de ellas se cuente sólo al verlas
El reconocido fotógrafo Edgar Olguín se ha ganado a pulso el sobrenombre del “fotógrafo del folclor urbano”. Y es que hasta antes de lograr realizar su proyecto, para su sorpresa, nadie lo había hecho. ‘Danzatrinas’ fue para él un reto complicado ya que no era fácil complementar todos los elementos como el color, el espacio, las tradiciones, la gastronomía y la festividad de Día de Muertos de una forma que convergieran armoniosamente con un solo click. Para Edgar la experiencia de ‘Instante subterráneo’ fue lo que lo animó para efectuar la sesión de fotos de ‘Danzatrinas’. El fotógrafo, con ‘Instante subterráneo’ logró llevar a bailarinas a escenarios poco comunes como el metro. Sin embargo, en ‘Danzatrinas’ culminó su proyecto al engalanarlo con escenarios muy mexicanos, como campos de cempasúchil. En entrevista con El Popular, diario imparcial de Puebla, Edgar Olguín nos platicó sobre la experiencia de sus trabajos y lo que hay en puerta para el 2020, donde planea llegar a la Angelópolis con un trabajo muy distinto al que ya hemos visto en la red. Lee: Presentan concierto de Reyes en la Casa de Cultura¿Qué es y de dónde surge ‘Danzatrinas’? — Danzatrinas es la caracterización de bailarinas de ballet clásico como catrinas. Yo creí que ya lo habían hecho antes. Y me di cuenta que no porque cuando invité a las bailarinas muchas de ellas me dijeron que no, les daba temor ser ridiculizadas cuando se publicaran sus fotos en mis redes. Muchas no estuvieron convencidas. Decían: nosotros sólo somos catrinas el día del desfile en la CdMx, no vamos en puntas bailando como catrinas. ¿Cómo fue llevar a ‘Danzatrinas’ a espacios públicos? —Llevo un rato trabajando en espacios públicos. Con ‘Danzatrinas’ era crear postales urbanas en espacios cotidianos. El espacio menos cotidiano resultó ser el campo de cempasúchil; la idea era buscar espacios donde en un día normal no te vas a encontrar a una bailarina caracterizada como catrina. ¿En qué te inspiras? —He visto ejercicios de ballet en las calles. La idea surge a finales de los 70 y principios de los 80; es un movimiento que se crea en Estados Unidos, tampoco es algo nuevo. Si bien hay ciertas influencias en ello; pero tampoco era sacar a la bailarina y ponerla en cualquier espacio exterior y hacer click. Yo siempre busco que haya un discurso, un díalogo, un contenido en las fotos que ejecuto. ¿Has presentado en algún lugar tus fotos de ‘Danzatrinas’? — Con ‘Danzatrinas’ no he logrado hacer una exposición. Es una serie de fotografías que ha impactado a los medios desde el 2018, que fue la primera versión. A las personas les encantó, porque no se le había ocurrido antes a nadie. ¿Buscas con ello rescatar elementos mexicanos? — Sí, buscaba elementos icónicos de la cultura mexicana. Ahora hay muchas propuestas, como por ejemplo en los tocados; se van rompiendo ciertos paradigmas, ya no tienen que ser todos de flores y nos vamos encontrando con ideas que nos gustan y creemos que la gente puede conectar, como con nuestro tocado hecho con dulces típicos mexicanos. ¿De dónde surge tu gusto por la danza?
—Siempre me gustó la danza, pero fuera del escenario. Toda mi obra tiene que ver con la intervención del espacio público, no precisamente porque yo lo haya decidido así sino porque las cosas se fueron dando. No me pareció nada descabellado publicar ‘Danzatrinas’, era como hablar de nuestras tradiciones como el Día de Muertos, que es algo que nos representa a los mexicanos en diferentes formas. Es un rasgo cultural muy fuerte y yo quería hacer una mezcla de color y movimiento. ¿Cómo sabes cuál es el momento preciso de la foto? — He tenido que estudiar mucho el movimiento de la danza. Hay una milésima de segundo que es lo que dura la pose de ballet. En el 90 por ciento de las poses de ballet, es estar sobre puntas; algunas duran más, como un salto o una pose más complicada entonces hay que entender cuál es lenguaje corporal de esa pose, para saber cuál es el movimiento. No tiene ningún sentido disparar en ráfaga; porque aunque tu cámara pueda disparar 12 tiros por un segundo, la pose sólo dura un click de esos 12. Entonces se tiene que entender el momento preciso de la pose y cuando llega a su máxima expresión corporal; si lo haces antes o después, es un acto fallido. El espacio a mí siempre me transfiere y me sugiere que la pose puede ocurrir en ese momento. Llegas en enero del 2020 a Puebla con la exposición “Instantes entre hilos”. Cuéntanos sobre ella —Voy a ir a la Casa Museo de los Muñecos el 29 de enero con “Instantes entre hilos”. Son 50 fotografías las que se van a exponer, es un proyecto del 2019. Es un homenaje a las manos que bordan textiles mexicanos, a través de la danza y el ballet. Yo ya venía pensando en usar textiles mexicanos, que es lo que siempre me ha atraído visualmente. “Entre hilos” es algo que construí con mi novia Brenda Martínez Cabrera hace seis meses. Ella tiene una colección donde busca la preservación de técnicas de bordados textiles hechos a mano. Entonces logramos juntar la pasión que tengo por el ballet urbano y su pasión por los textiles tradicionales mexicanos. La serie no trata de sólo vestir a la bailarina si no de ver la producción de los textiles. ¿Cuál es el principal propósito de “Entre hilos”? — Lo que buscamos es reivindicar a las artesanas en el tema de los bordados. Las artesanas pueden pasar hasta 30 días bordando un textil, y es triste, porque cuando salen a la venta hay personas que de manera irrespetuosa e indigna empiezan a regatear. Con ese trabajo, buscamos darle el valor, mostrar las manos de los que bordan en nuestro país. ¿Cómo ha sido esa investigación? — Los investigadores llevan más de veinte años, trabajando sobre técnicas de bordado tradicional mexicano. Los textos que nosotros usamos como periodistas, tiene una investigación breve. Buscamos que lingüísticamente el mensaje llegue a la cabeza, que la redacción de la foto sea breve y que incluya la región, la técnica y el proceso del textil, las semanas de trabajo y en algunos casos nos hemos encontrado que son únicas piezas y que sólo hay un registro de dos o tres piezas en todo el país, o que tiene 10 años que la última artesana que lograba esa técnica ya no tuvo a quién heredarla. ¿Cómo fue trabajar con Brenda? — Es el primer trabajo que hacemos juntos, pero ha sido muy satisfactorio. De hecho ya estamos imaginando qué nuevas cosas hacer. Es el resultado de la pasión con que hacemos nuestro trabajo. Hicimos la exposición en Casona María, y el Museo de la BUAP se enteró de la exposición y nos pidió que la hiciéramos un trabajo más grande. En Casona María sólo fueron textiles de Puebla, lo que vamos a hacer en el Museo de Casa de los Muñecos es toda la colección que hasta ahora tenemos; son textiles de varias partes de la República Mexicana. Inicias el 2020 con la exposición de “Entre hilos”. Aparte de eso ¿hay algo más en puerta? — Tengo una invitación del metro para exponer mi serie ‘Instante subterráneo’, y hay una propuesta de Europa para ir a exponer en 2020. Estamos buscando de qué manera se puede concretar y por ahora estamos poniéndole todo el amor y la dedicación para la exposición de enero en Puebla.
El fotógrafo llegará a Puebla con su exposición ‘Entre hilos’ el 29 de enero. Para saber más sobre el trabajo de Edgar Olguín, pueden seguirlo a través de sus redes sociales https://www.facebook.com/edgarolguinfotografo/ó Instagram:_edgarolguin. |