Celebramos los 120 años del natalicio de Luis Buñuel

Fritz Lang hizo que el español de 27 años se interesara aún más el séptimo arte

El cineasta Luis Buñuel ha sido uno de los personajes más peculiares del panorama cinematográfico. Su lenguaje fílmico y su forma de entender el cine han servido de referencia a grandes directores a lo largo de la historia. El día de ayer cumplió 120 años y es recordado en México por sus grandes aportaciones en el cine sobre la cultura mexicana. No por nada pasó más de la mitad de su vida en este país. Todo desde una mirada surrealista e innovadora.

Luis Buñuel nació en Calanda, Teruel, el 22 de febrero de 1900. Exiliado tras la Guerra Civil española, se naturalizo mexicano. La gran mayoría de su obra fue realizada o coproducida en México y Francia, debido a sus convicciones políticas y a las dificultades impuestas por la censura franquista para filmar en España.

Buñuel se trasladó a Madrid para estudiar en la universidad. Su primera opción, movido por los intereses de su padre, era estudiar Ingeniería Agrónoma. Sin embargo, las actividades del cine-club de la Residencia de Estudiantes donde se alojaba lo llevaron a conocer a personas que marcarían su vida, tales como Federico García Lorca, Salvador Dalí y Pepín Bello.

También lee: Naturaleza y colores, ejes en la obra de Natalia Viveros

Luis Buñuel tuvo muchas aficiones: desde la etimología y la historia, pasando por el teatro, el dadaísmo y la poesía. Ese último aspecto sirvió como la entrada de Buñuel a la escritura, primeramente en el género poético y después en la narrativa dramática.

Ese mismo año Buñuel descubrió, durante una proyección, la película Las tres luces, de Fritz Lang. Lo que encontró en la cinta de Lang hizo que el español de 27 años se interesara aún más el séptimo arte. Poco después se estrenó como crítico de cine para la publicación francesa Cahiers d’Art y la española La Gaceta Literaria. Además, trabajó bajo las órdenes del director Jean Epstein y actuó en películas de Jacques Feyder y Henri Étiévant.

En 1929, un año después de que un guión que había escrito sobre la vida de Francisco de Goya fuera rechazado por falta de presupuesto, Buñuel comenzó a colaborar con Salvador Dalí en la realización de un cortometraje que abordaría el surrealismo al ritmo de Wagner, Beethoven y tangos argentinos. El resultado fue Un perro andaluz (Un Chien Andalou), de 29 minutos. El resto es historia.

En casi toda su filmografía se pueden apreciar rasgos de su personalidad. Su cine habla de una persona inconforme con su tiempo y muy crítica con los convencionalismos burgueses y religiosos, lo cual incluso lo llevó a salir de su país natal y luchar contra la censura del momento.

Su obra puede dividirse en cuatro grandes momentos, y éstos son: la etapa surrealista (1929); etapa de la Segunda República Española (1931); etapa del exilio: México (1949); y Francia (1967).

El 29 de julio de 1983, Luis Buñuel falleció en la Ciudad de México. Lo que queda de él es mucho más que una obra. Es un legado lleno de arte e historia y hoy, como cualquier otro, es un buen día para recordarlo.

  • URL copiada al portapapeles