Encuentran evidencia que confirma la leyenda de Mulan

La película que lanzo Disney en 1998 es una trama de acción protagonizada por una joven guerrera que se disfraza de hombre para defender a su país.

La historia, cuyo remake está previsto que llegue a los cines el próximo 24 de julio, se basa en la Balada de Fa Mu Lan (o Leyenda de Hua Mulan), un poema narrativo transcrito en el siglo VI, durante el gobierno de la dinastía Tang, pero cuyo origen es anterior.

 Durante mucho tiempo se pensó que la joven protagonista se inspiraba en las mujeres guerreras reales de Xianbei, un antiguo pueblo nómada de la actual Mongolia y el noreste de China.

Antropólogos de la Universidad Estatal de California creen haber encontrado evidencias físicas de estas luchadoras en restos esqueléticos encontrados en la región.

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La trama narra las peripecias de una mujer joven del reino norteño de Wei, uno de los estados de la época de los Reinos Combatientes de China y que abarcaba lo que actualmente es Henan, Hebei, Shanxi y Shandong.

La chica ocupa el lugar de su padre cuando cada familia debe proporcionar un hombre para servir en el ejército del emperador. Hua Mulan sirve durante 12 años sin que ninguno de sus compañeros soldados sospeche de su verdadero género.

Las versiones posteriores de la leyenda aparecieron a finales de la dinastía Ming, seguidas de una obra de 1593 de Xu Wei y otra novela del siglo XVII, el Romance de Sui Tang, donde Mulan tiene una hermana menor y se alista con una compañera llamada Xianniang.

La antropóloga Christine Lee tenía previsto realizar una conferencia durante la reunión anual de la Asociación Americana de Antropólogos Físicos, cancelada por el coronavirus.

En su charla iba a analizar el papel de las mujeres guerreras, específicamente las mujeres nómadas que vivieron al norte de la Gran Muralla China hace centenares de años.

Los Xiongnu vivieron en la región hace 2.200 años, solo para ser desplazados por los Xianbei hace unos 1.850 años. Los Xianbei a su vez fueron desplazados hace unos 1470 años por las poblaciones turcas. “Estaba pensando, si hay todas estas historias, ¿por qué nadie ha encontrado a estas mujeres?” explicó a New Scientist. “Es solo porque nadie estaba mirando y pensé que ya era hora de hacerlo”.


Tres de los esqueletos analizados pertenecían a mujeres de Xianbei, y dos eran potencialmente guerreras

Durante su trabajo de campo, Lee ha recopilado bastante información de China y Mongolia. Junto con su colega Yahaira González, reexaminó los esqueletos de 29 antiguos sitios de entierro de Mongolia en busca de evidencia de artritis, trauma y ciertos marcadores musculoesqueléticos.

“Tres de los esqueletos analizados pertenecían a mujeres de Xianbei, y dos eran potencialmente guerreras,” explica.

Las marcas de los huesos son más grandes si el músculo se usaba mucho, y el patrón de los esqueletos de ambas mujeres sugiere que habían trabajado rutinariamente los músculos que usaría alguien que monta a caballo. También hubo indicios de que practicaban tiro con arco.

“De 29 entierros, hay dos mujeres que cumplen con los requisitos”, dijo. “Pero esto es realmente mucho. No esperaba encontrar ninguno”, añadió. Ese papel de luchadoras podría estar relacionado con la inestabilidad política de la época, que se vio empañada por brotes de violencia durante varios cientos de años después del colapso de la dinastía Han.


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