Mafalda, a 47 años de su despedida

La última tira cómica de la niña argentina que hasta la fecha hace reflexionar a los lectores fue publicada el 25 de junio de 1973.

Fanática de los Beatles, enemiga acérrima de la sopa, feminista y crítica de su entorno: así era Mafalda, la tira cómica que tenía como protagonista a una niña argentina de 6 años empezó a publicarse el 29 de septiembre 1964 en la revista Primera Plana, y dejó de publicarse el 25 de junio de 1973, un día como hoy pero de hace 47 años.

Su creador, el argentino Joaquín Salvador Lavado (Guaymallén, 1932), conocido como Quino, realizó otros trabajos como caricaturista, aunque Mafalda fue la que más trascendencia tuvo; después de nueve años de éxito, Quino decidió decirle adiós a la afanada tira cómica.

“Mafalda dejó de hablar porque no podía callarse todas las barbaridades de ese entonces, pero tampoco podía ponerse en juez de cosas que uno no entendía bien”, declaró Quino en una entrevista con un diario de Argentina.

Mafalda cuenta con 200 libros que reúnen sus críticas y preguntas, las cuales fueron traducidas a más de 30 idiomas. Además de la revista Primera Plana, Mafalda se publicó en el periódico El Mundo, con seis apariciones a la semana, y en el semanario Siete Días Ilustrados, en donde tuvo lugar la última edición.

Otros personajes que acompañaron a Mafalda en las publicaciones fueron Felipe, Miguelito, Libertad, Manolito, Susanita y Guille, quienes en las viñetas eran partícipes de las observaciones de Mafalda; cada integrante tenía una personalidad única.

 

Recientemente, Mafalda fue ataviada en Argentina con un pañuelo azul que simboliza la oposición a la interrupción del embarazo: Quino exigió que la imagen fuera removida porque no representaba la lucha por los derechos humanos que caracteriza a al caricaturista, y por supuesto al personaje.

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Con un lenguaje cotidiano y haciendo una crítica inteligente a la sociedad argentina, que bien puede aplicarse en muchos contextos y países, Mafalda se ha ganado el cariño del público por su personalidad encantadora y su actitud de inconformidad del mundo, a tal punto que su mascota, una tortuga llamada “Burocracia” es una ironía de lo mal que está el sistema.


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