Museo de Cera de Barcelona incorpora 120 nuevas figuras actuales

El espacio cuenta con 28 salas temáticas, más de 120 figuras y tecnología interactiva que permite vivir una aventura al lado de los personajes más icónicos del mundo.

Meterse en la piel de Frankenstein, ascender a los cielos para contemplar la ciudad española de Barcelona a vuelo de pájaro, ver reunidos a los Beatles sentados en un sofá o asaltar el banco con la banda de La casa de papel son algunas de las experiencias del renovado Museo de Cera, que incorpora 120 nuevas figuras.

Tras una renovación integral y una inversión de seis millones de euros, el emblemático Museo de Cera de Barcelona reabrirá mañana viernes sus puertas para ofrecer "una experiencia moderna e innovadora que estará en constante renovación", según destacó uno de sus directores, Toni Cruz.

Rosalía, Billie Eilish, Úrsula Corberó, los hermanos Roca, Messi, Pau Gasol, Marc Márquez, Fernando Alonso, Serena Williams, Brad Pitt, Leonardo DiCaprio, Stephen Hawking, Obama y Merkel son solo algunos de los nuevos inquilinos de este emblemático palacete del siglo XIX, “convertido en un museo del siglo XXI” y que, construido por el arquitecto Elías Rogent en 1874, acogió la sede del desaparecido Banco de Barcelona.

En 1973, Enrique Alarcón, arquitecto y escenógrafo de 250 películas, entre ellas Tristana de Buñuel, Muerte de un ciclista y Calle Mayor de Bardem, Rey de reyes de Nicholas Ray, El Cid de Anthony Mann, o La vaquilla de Berlanga, visualizó el potencial del edificio y ubicó un proyecto nuevo, el Museo de Cera.

De ese museo del pasado quedan pocas figuras históricas como Gaudí y Eusebi Güell, que dan la bienvenida a los nuevos visitantes acompañados por un audiovisual introductorio antes de ascender en un ascensor virtual hasta 120 metros de altura para disfrutar de una panorámica 360º de La Rambla, el puerto, la estatua de Colón, la plaza de Cataluña, la catedral o el barrio gótico.

Al son de la popular canción Bella Ciao, el público se convierte en testigo/rehén del asalto de los atracadores de La casa de papel en la que fue la cámara acorazada original del antiguo banco, entre los que se distingue a Tokio (Úrsula Corberó) y Nairobi (Alba Flores).

Atravesando la selva se debe sortear a un impresionante King Kong de tres metros de altura hasta el reencuentro con el entrañable gorila albino Copito de Nieve.

En la planta principal cuatro salas incluyen a grandes maestros de las letras, la ciencia, la música y la pintura, con Joan Maragall, Cervantes junto a sus dos populares personajes (Don Quijote y Sancho Panza), Shakespeare, Lorca, Marie Curie, Einstein, Ramón y Cajal, Stephen Hawking, Dalí, Goya, un Picasso pintando el Guernika o Beethoven y Pau Casals.

En la sala Magna, cubierta por una estructura de hierro y cristal de más de 10 metros de altura, la nueva generación musical encarnada por Billie Eilish, Rosalía, Taylor-Swift, Rihanna o Adele, convive con clásicos del pop como Michael Jackson o unos Beatles sentados en un sofá Chester que contemplan a Elton John saludando junto a su piano de cola.

En este entorno de estrellas no podían faltar los maestros de la cocina española como los hermanos Roca y Carme Ruscalleda.

Seguidamente, el visitante puede hacerse una autofoto junto a un joven Tom Hanks en la famosa escena en la que Forrest Gump está sentado en un banco del parque, vigilados de cerca por Brad Pitt, Leo DiCaprio, Jack Nicholson o Audrey Hepburn.

Comprobar la altura real de Pau Gasol o saludar al 10 del FC Barcelona son algunas de las opciones antes de 'sufrir' en el Pasaje del Terror donde esperan muñecos diabólicos, malvados payasos, asesinos en serie o el inquietante Joker.


En la parte final del recorrido, además de sentarte en el sillón del poder de Juego de tronos, con la aquiescencia de Jon Nieve, el público atraviesa un pasillo en el que están confrontados adalides del pacifismo como Teresa de Calcuta, Gandhi y Mandela, con dictadores como Hitler, Franco o Mussolini, que desemboca en una improvisada cumbre con dos líderes mundiales, Barack Obama y Angela Merkel.

Al abandonar el icónico batiscafo del museo, espera al visitante una Greta Thumberg que, pancarta en mano, le invita a la acción contra la crisis climática en la Tierra, pero el viaje del museo termina lejos del planeta, con algunos de los personajes de La guerra de las galaxias.




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