El primer año de la pandemia fue capturado a través de 90 cámaras estenopeicas que la fotógrafa mexicana Rosalba Bustamante elaboró con latas de refresco y colocó en calles de Oaxaca.

Bustamante colocó las cámaras estenopeicas en postes de luz y cornisas de casonas históricas a principios de marzo de 2020 en los sitios más emblemáticos de la ciudad de Oaxaca. Una cámara estenopeica no tiene lente.

La imagen se forma dentro de una caja cerrada con un diminuto orificio por donde entra la luz y baña el material fotosensible. Normalmente, se requiere de un tiempo de exposición muy largo para obtener una fotografía.

“En este tiempo, mientras se estuvo formando esta imagen, algo muy importante y muy impactante y muy doloroso estaba pasando no solo en nuestra ciudad, sino en el mundo.

Entonces para mí es muy importante esta imagen que se formó en este año, es muy especial”, dijo este miércoles la artista oaxaqueña.

EL PROCESO

Hace unas semanas, la fotógrafa decidió recoger estas cámaras y revisar las fotografías obtenidas, que por la deformación de la lata tenían el aspecto de gran angular.

Retiró las cintas adhesivas que protegían las latas, destapó y miró que en el papel fotográfico de 10 por 15 centímetros estaban impresas las fotografías analógicas de los inmuebles históricos de la ciudad, matizados por la luz del sol.

Los lugares donde Rosalba Bustamante decidió colocar sus cámaras no son fortuitos porque, así como la apertura y la velocidad se unen para lograr una buena imagen, su conocimiento de la luz y los hechos históricos de la ciudad se conjugan para lograr una instantánea única.

O al menos, una de las pocas imágenes en su tipo que se registraron en el mundo durante la pandemia, cuando buena parte de la sociedad estaba encerrada entre cuatro paredes.

Una de estas impresiones muestra el templo dominico de Santo Domingo de Guzmán, detenido en el tiempo, junto con su explanada de cantera rodeada de magueyes y árboles.

Los lugares escogidos por ella fueron el exconvento de los Siete Príncipes que alberga hoy la Casa de la Cultura de Oaxaca, el Archivo Histórico del Estado de Oaxaca, la Catedral de la ciudad y el exconvento de Santa Catalina de Siena, entre otros edificios catalogados y protegidos.

Rosalba Bustamante se formó como traumatóloga ortopedista pero desde hace 10 años cambió su profesión por otra que le llena la vida: la luz que se vuelve arte en una cámara fotográfica.

“Para la fotógrafa oaxaqueña Rosalba Bustamante, el factor sorpresa y el romanticismo de una imagen estenopeica fue lo que la enamoró de esta técnica, que aunque parezca arcaica en la era digital, está más viva que nunca según asegura la experta”, indicó la Secretaría de Cultura de México el pasado enero en un boletín en el que destacaba su arte fotográfico.

Bustamante estudió en la Escuela Activa de Fotografía de Echegaray, en el Estado de México; y en Oaxaca, en el Centro Fotográfico Álvarez Bravo y en el Centro de las Artes de San Agustín, Etla.