En EU admiten uso de gas pimienta para abrir paso a Trump

La Casa Blanca acusaba a los medios de mentir.

El Servicio Secreto de EE.UU. reconoció este sábado que este mes usó gas pimienta para dispersar a los manifestantes de los alrededores de la Casa Blanca y abrir paso al presidente Donald Trump, después de casi dos semanas negando que hubiera usado ningún agente lacrimógeno.

La admisión del Servicio Secreto, el cuerpo encargado de la seguridad de Trump, llegó durante el tercer sábado consecutivo de protestas en Estados Unidos debido a la violencia policial contra los afroamericanos, incluida una manifestación con al menos 300 personas en el centro de Washington.

El incidente al que se refirió el Servicio Secreto tuvo lugar el pasado 1 de junio, cuando agentes federales dispersaron súbitamente a los manifestantes del parque Lafayette, contiguo a la Casa Blanca, para que Trump pudiera salir de su residencia, cruzar la plaza y hacerse una foto ante una iglesia con una Biblia en la mano.

Tras las negativas, el Servicio Secreto corrigió su postura después de casi dos semanas en las que la Casa Blanca ha acusado a los medios de mentir sobre el uso de gas pimienta o con efecto lacrimógeno en esa jornada.

Aunque suele diferenciarse del gas lacrimógeno porque éste se compone normalmente del químico clorobenzilideno malononitrilo (CS) y el gas pimienta se deriva del vegetal capsicum, ese tipo de aerosol irrita los ojos hasta el punto de causar lágrimas, dolor e incluso ceguera temporal.

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Un portavoz de la Policía de Parques, Eduardo Delgado, dijo la semana pasada a la cadena CNN que la agencia había cometido "un error" al decir que no usó "ningún gas lacrimógeno" durante la operación, porque las bombas de pimienta pueden considerarse como tales.

 

Siguen las protestas en todo EE.UU.

Este sábado, en Washington decenas de personas se congregaron ante la recién reabierta plaza Lafayette al ritmo de música house, y otro grupo protestó ante la casa de la alcaldesa, Muriel Bowser, para pedirle que recorte los fondos a la Policía.

La protesta fue más multitudinaria en Boston, donde miles de personas marcharon contra la brutalidad policial, y fue especialmente intensa en Atlanta (Georgia), donde la multitud se indignó ante la noticia de que otro joven afroamericano, Rayshard Brooks, murió este viernes por disparos de un agente blanco

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