La NASA salva el Día de Acción de Gracias
Hubo un tiempo en el que los brotes de enfermedades por alimentos enlatados fueron constantes y causó la muerte de dos astronautas por botulismo (envenenamiento por una bacteria)
Desde hace 60 años la Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio (NASA) ha sido parte esencial de las cenas de Acción de Gracias, ya que a través de investigaciones realizadas en el “Programa Apolo” contribuyó en la regulación de alimentos enlatados. Tiempo atrás representaron una de las principales causas de enfermedad en la población estadounidense. Alice Johnson, vicepresidenta de seguridad y calidad alimentaria en Butterball, Turquía dijo que, "es una de estas cosas en las que tal vez no apreciamos los beneficios, simplemente los damos por sentado ahora, porque el Análisis de Peligros y Puntos Críticos de Control (HACCP) está muy arraigado en la forma en que producimos alimentos". El sistema HACCP se encarga del proceso preventivo para asegurar que los alimentos no representen ningún tipo de riesgo en las personas que los ingieren. Desde su implementación, en la década de 1980. Fue así como, la Organización Mundial de la Salud (OMS)atribuyó a esta aplicación la responsabilidad de reducción de las enfermedades transmitidas por los alimentos. Actualmente los brotes de enfermedades por alimentos enlatados son escasos, pero hubo un tiempo en el que fue constante y causó la muerte de dos astronautas por botulismo, que produce el envenenamiento por la bacteria Clostridium botulinum. A principios de la década de 1960 la NASA inició su investigación en torno a los alimentos seguros a través del “Programa Apolo”. Paul Lachance, nutriólogo de la Fuerza Aérea, y el microbiólogo de la compañía repostera Pillsbury, se asociaron con la agencia espacial para identificar y controlar cualquier falla en los alimentos envasados que eran transportados al espacio. Los técnicos que participaron en el programa no se imaginaron que lo que comenzó como una protección sanitaria para el personal espacial, se convertiría en un sistema que mejoraría la seguridad alimentaria en todo el mundo. Esta implementación del HACCP llevó décadas. Entre los productos que causaban inseguridad al consumirlos era la salsa de arándanos, uno de los productos básicos para la celebración del Día de Gracias. Estas bayas se cultivan localmente y estuvieron presentes desde las primeras cenas festivas en 1621. Katy Latimer, vicepresidenta de investigación y desarrollo de Ocean Spray manifestó que, los puntos críticos de control para la salsa de arándanos incluyen el área de lavado; la detección de metales extraños mediante un proceso de filtración; y un área de pasteurización para la eliminación de bacterias. Aseguró que, de acuerdo con estadísticas, la población estadounidense consume más de cien millones de kilos de arándanos cada año, equivaliendo un 20% la ingesta durante la semana de Acción de Gracias. En 1993 un brote de intoxicación alimentaria en una cadena de comida rápida provocó que las industrias de la carne y las aves de corral exigieran formar parte de este tipo de regulación, pues habían perdido la confianza del consumidor. En 2011, la FDA implementó la Ley de Modernización de la Seguridad Alimentaria, en la que se estableció que los importadores deben verificar que los fabricantes extranjeros cumplan los requisitos vaciados en el HACCP. Finalmente, la NASA se enorgulleció que “un pequeño programa de investigación, ayudó a la industria a cumplir su promesa más básica: Comidas seguras durante el Día de Acción de Gracias y durante todo el año”. Con información de El Universal. |