Italia se prepara para relajar sus restricciones a partir del próximo 26 de abril, una reapertura que se mantendrá porque se controlarán los contagios, según el Gobierno, mientras científicos advierten hoy de que existe un riesgo de que la curva epidemiológica se alce. "Cualquier crecimiento de la curva se verá después de dos o tres semanas. Cuando relajas las limitaciones es normal que la epidemia vuelva a aumentar, a menos que intervengan factores externos, como la expansión de la vacunación", asegura hoy el jefe de Prevención del Ministerio de Salud y miembro del Comité Técnico Científico (CTS), Gianni Rezza, en declaraciones al diario "La Repubblica". Rezza estima que actualmente la tendencia de la curva es bajista pero advierte de que Italia sigue teniendo una incidencia "bastante alta", con "180 casos semanales por cada 100 mil habitantes" y "las UCI siguen congestionadas". "Todavía tenemos más de 300 muertes y 15 mil casos al día, estamos reabriendo en un momento en que la curva está cayendo ligeramente. El riesgo está ahí. Para un epidemiólogo el riesgo aceptable es cero, para un economista puede ser 100, para quienes tienen un negocio y lo han cerrado un número aún mayor. Es legítimo que la política encuentre un equilibrio, después del cual nadie puede descartar que volviendo a abrir las escuelas y otras actividades la curva volverá a subir", añade. No obstante, el subsecretario de Salud, Pierpaolo Sileri, subraya también este domingo en el diario "La Stampa" que "las reaperturas son irreversibles" y que el Ejecutivo no tendrá que volver a cerrar porque "la campaña de vacunación avanza" y se mira con optimismo los resultados alcanzados en países como Inglaterra o Israel. Reconoce que el regreso a las aulas puede causar "un aumento de las infecciones" y que llegará un momento en el que habrá "muchas más infecciones entre los muy jóvenes y en los menores de 55, simplemente porque aún no están vacunados", pero si los mayores están protegidos "el riesgo es mínimo". Finalmente, se muestra partidario de momento de mantener el toque de queda hasta las 10 de la noche, a pesar de las críticas del líder de la ultraderechista Liga, Matteo Salvini, que también apoya al Ejecutivo de Mario Draghi y que ha pedido que se elimine o se retrase. Italia emprenderá el 26 de abril el ansiado camino de la reapertura, con el regreso a las escuelas y de los sectores que puedan desarrollarse al aire libre para evitar el virus, como la restauración, con la intención de que sea definitiva. Se recuperará la calificación de "zona amarilla", la de menor riesgo epidemiológico, y las regiones que entren en ella podrán volver a subir la persiana en sus restaurantes y bares, para comer o cenar, siempre que sea al aire libre. La medida, aunque bienvenida, es insuficiente para los trabajadores de la restauración y este domingo un grupo de chefs y empresarios de la región de Umbría (centro) han decidido cocinar en una protesta pacífica y simbólica, cerca de la casa de Draghi en Città della Pieve, para sensibilizar al Gobierno de las dificultades que atraviesa la restauración, fuertemente golpeada por la pandemia de la COVID-19. |