El culto al Niño del Maíz

Alma FUENTES Celebran Cuacuila al Niño del MaízCuacuila.- Para la cultura macehual el festejo de la Virgen de la Candelaria es la bendición del maíz “que es nuestra sangre” que se usará en el tonaltmili o siembras de sol que se empieza en diciembre, explica el lingüista René Esteban Trinidad, originario de la comunidad de Cuacuila, conocida por su sazón y los coloridos bordados de sus camisas. En la bendición o ticteochiuasquesentzintli se da un sincretismo entre el Niño Dios, el maíz y la veladora que es la luz que debe acompañar nuestro camino, la candela o Candelaria, la que nos guía. Por ello la celebración tiene que ver con los cuidados que deben darse a las mazorcas por ser parte de nuestra esencia, pero también el sustento de las familias. “Por ejemplo, tras las bendiciones a las semillas, alrededor de la milpa se ponen listones rojos para alejar el mal de ojo, para que haya abundancia y para proteger de las envidias, porque luego entre los mismos campesinos hay sentimientos negativos porque las mazorcas de uno están más grandes que las de otros. Se da una lucha tipo Caín y Abel”, ejemplifica. La fiesta de la Candelaria, asegura, ha tenido mayor impulso debido a que en las últimas fechas “La producción de la tierra ha disminuido hasta en un 50 por ciento. Si antes se cosechaban 18 costales por hectárea, ahora sólo se recogen nueve y ya no alcanza ni para las familias. Entonces además de fertilizar a la tierra, se busca ayuda divina.” “El maíz no sólo es nuestra sangre, es el sustento, es algo sagrado. En las consejas nahuas se dice que si tú no respetas al maíz y quieres poner a prueba su poder, debes dormir con él. Pones siete maicitos debajo de tu almohada, en tu cabecera y no se vale llorar. A ver qué sueñas. Son los retos que se hacen a la gente que no cree y es algo muy fuerte porque realmente se sueña con serpientes, con Tancax, la serpiente que reguarda al maíz”, refiere. Para el lingüista el contenido de las fiestas de la Candelaria tienen que ver con un mensaje sobre los cuidados que se deben dar al maíz para no perderlo, no sólo físicamente, sino que “se puede perder con los transgénicos” “Doña Camila, una mujer muy sabia de la comunidad, me transmitió que si no cuidamos al maíz y al bosque, nos vamos a enfrentar al Cuhatacatlo, señor del monte, vigilante del maíz y a ver cómo nos va”, cuenta. El maíz entonces, dice René Esteban Trinidad, se sincretiza con el Niño Dios o Niño Maíz, al que la gente lleva en semillas que son pequeñas y vemos cómo va floreciendo, se va dando y va desarrollando. El maíz es un ser que debe ser cuidado como tal, hay consejos nahuas que dicen, por ejemplo, “nunca hagas del baño en la milpa porque se pudre el maíz. Por eso nace el huitlacoche, porque alguien le faltó el respeto al maíz” El pueblo de Cuacuila se ha divido en los barrios de Zoquiapa, Ocotlán, Tepantla, Cuicoyatl, San Juan Bautista, Tepenahua, La Purísima, la colonia Linda Vista que se construyó para los damnificados de las lluvias de 1999, que se organizan para la celebración dividiéndose las tareas: comprar el castillo, los cohetes, adornar la iglesia, las calles. “Se hace una pequeña comitiva y cada uno recolecta la cooperación de los vecinos, en la que hasta hace unos años participaban incluso las personas que no son católicas, como los que van a la Luz del Mundo, los Testigos de Jehová entregaban su cuota, porque hasta el 99 era una fiesta del pueblo. Este año se cooperaron 200 pesos”, añade. René Esteban Trinidad apunta que la fiesta ha tenido cambios que tienen que ver con la organización del pueblo, por ejemplo, ya no hay mayordomos ni capitanes, sino fiscales y topiles (que es como el ayudante) que se cambian cada 1 de enero y llevan el bastón de mando. Las esposas de los topiles juegan un papel importante también, los acompañan al cambio de varas y en las fiestas, como la de la Candelaria, se encargan de darle de comer a los danzantes y trabajan en la fiesta del fiscal, dice. La fiesta de la Candelaria dura en Cuacuila siete días y termina, casi siempre un domingo, con el baile de los 24 sones de Las Flores que duran aproximadamente 80 minutos. “Pero si decides bailar y empiezas a hacerlo, no los debes interrumpir porque si no te va mal”, afirma.
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