Exigen comuneros respeto a sus predios

Patricia FLORES Corresponsal mineraSAN GABRIEL CHILAC.- A pesar de que el 30 por ciento del territorio nacional esta concesionado para la minería y de que esos lugares son parte de territorios de comunidades indígenas, estos últimos ha sido los menos consensados para que den su anuencia a este tipo de explotación. El líder del Movimiento Agrario Indígena Zapatista (MAIZ), Omar Esparza Zárate, dijo que con las reformas el pueblo indígena esta en mayor indefensión, pues su tierra ya ha sido concesionada para la creación de minas, grandes represas, o proyectos hidroeléctricos, lo que es legal desde el punto de vista de la nueva Reforma Agraria “que se piensa imponer”. Dijo que con este cambio en la ley “se corre el riesgo de que el campesinado sea eliminado, pero aun peor, a los pueblos indígenas, porque serán despojados de sus territorios y de sus tierras, esto ante los programas de ajustes estructurales hechos por gobiernos neoliberales que han estado en el poder en los últimos años”. Comentó que en el renglón de las mineras, se ha demostrado que no sólo afectan de forma brutal al medio ambiente del lugar donde se asientan, sino también en lugares aledaños, pues contaminan mantos friáticos, además de que las sustancias que usan para la extracción de los minerales pueden llegar a causar cáncer, pues indicó que eso está debidamente documentado con pruebas científicas. Afirmó que no debiera hacerse ningún tipo de proyecto sin antes consultar a los dueños de la tierra, pero esto se lo pasan por alto porque la mayor parte de la riqueza está en el suelo y el subsuelo, además de en los recursos como el agua y minerales, dijo, “los campesinos lo único que tienen es la tierra para producir y alimentar a mucha población”. Explicó que hasta ahora la ley los amparaba, por lo que las tierras de los campesinos y comunidades indígenas no eran susceptibles de caer en manos de las grandes empresas transnacionales, “no hay manera de hacer ningún proyecto si las comunidades indígenas no lo deciden, porque parte de su organización social está en la forma como se organiza ese recurso, tierra social o ejidal”. Mencionó que de seguir en esta tendencia, abriendo las puertas a las mineras sin ninguna consideración para los pueblos indígenas, el futuro de estos últimos será la destrucción de sus núcleos, pues los pueblos se polarizan y se confrontan, porque unos están de acuerdo y otros no, “no solo crean conflictos sociales, también se llevan la riqueza del pueblo y dejan miseria, destrucción y envenenamiento de la tierra”, aseguró.
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