La Jurisdicción Sanitaria 10 organiza ponencia para informar a restauranteros sobre la forma correcta de preparar los productos 

Patricia FLORES

Corresponsal

Aunque la veda de ostiones se levantó desde finales del mes de enero, a estas fechas los restauranteros han preferido no incorporarlos a sus cartas debido al riesgo latente de que puedan ser portadores de alguna bacteria, lo que les significaría multas o clausuras de sus negocios.

Jesús Díaz González, jefe de la Jurisdicción Sanitaria 10, externó lo anterior tras la ponencia Practicas de Higiene para el Proceso de Alimentos, Bebidas y Suplementos Alimenticios, a la cual asistieron más de 100 personas, provenientes de restaurantes de la región de Tehuacán.

Mencionó que esta plática fue para que los restauranteros comiencen a tomar las medidas necesarias en sus cocinas y la forma en que preparan los alimentos en sus negocios, en específico en aquellos que expenden pescados y mariscos, pues en las revisiones hechas el año pasado pudieron detectar que la falta de higiene en algunas áreas fue una constante.

El entrevistado apuntó que durante la ponencia se tocaron los temas de la Norma Oficial Mexicana 251-SSA1-2009 y la Norma 242, enfocada a Pescados y Mariscos, afirmó que es la primera capacitación de este tipo que se imparte este año, aunque han solicitado más de otras áreas. De manera habitual estas capacitaciones se dan en la ciudad de Puebla, pero se ha tratado que sean llevada a los municipios, porque eso representa menos gasto para los miembros del sector.

Díaz González dijo que una vez iniciada la temporada de calor se han reforzado las medidas para evitar enfermedades diarreicas derivadas de un mal manejo en los alimentos; puntualizó que la veda de los ostiones fue levantada hace casi mes y medio, pero si no se expende en los negocios es por decisión de los propios dueños, pues ya no hay veda de ese producto.

Javier Velasco Recio, consejero de la Cámara Nacional de la Industria de Restaurantes y Alimentos Condimentados (Canirac), confirmó que la decisión de no incluir ostiones ni callo de hacha en sus menús es propia, pues son moluscos que por el ambiente en el que se desarrollan están muy contaminados y es muy difícil desinfectarlos.

Velazco Recio indicó que en algún momento se les hizo la sugerencia de que en sus cartas llevaran la leyenda, “aquel que consuma productos del mar no cocidos, lo hace bajo su riesgo”, de forma que se exima de responsabilidad al prestador del servicio, pero lo cierto es que eso no es suficiente para la Secretaría de Salud.

El consejero comentó que un coctel de ostiones cuesta alrededor de 90 pesos, máximo, pero en caso de que una persona se enferme porque hay alguno en mal estado, además de la sanción económica o posible cierre, dado que una revisión de la SSA es segura, lejos de ayudarlos, les restaría clientela.