Desde hace 60 años la comunidad produce este licor, y pese a no contar con el apoyo de las autoridades, han logrado exportarlo Patricia FLORES Corresponsal CALTEPEC.- Santiago Coatepec es una localidad del municipio de Caltepec, enclavada en la Mixteca Poblana baja, ubicada a mil 900 metros sobre el nivel del mar y que cuenta con poco más de 500 habitantes. Aquí, el año pasado, la Asociación de Mezcaleros logró exportar su producto (mediante intermediarios) hasta el país del sol naciente, Japón. Llegar a este lugar desde Tehuacán lleva al menos tres horas; el camino, al dejar la carretera Tehuacán-Huajuapan, se vuelve de terracería. El paisaje es árido, porque Santiago Coatepec sólo recibe al año 450 mililitros por precipitaciones pluviales. En estas tierras Melesio Meza Correa animó a 14 compañeros para formar la Asociación de Mezcaleros, y así, con paso lento pero firme, han pasado de producir 3 mil litros de mezcal al año a la misma cantidad por mes, es decir, 500 litros por horneada. No es de extrañar que esta ancestral bebida se elabore en esta comunidad, pues Santiago Coatepec limita con Oaxaca, por medio del río Hondo. La producción en el municipio poblano data de hace 60 años, cuando los abuelos de los mezcaleros de hoy llevaron la técnica a su tierra. Se dispusieron a sembrar maguey, hicieron fama y heredaron sus conocimientos. Así fue en el caso de Meza Correa, quien recibió la enseñanza de su abuelo Ernesto, y su padre Vicente. Sin embargo, a principios de la década de los 90 se dieron cuenta de que no contaban con la materia prima necesaria, no habían tomado en cuenta que el maguey debía ser sembrado con más de siete años de anticipación. Con lo anterior se vieron en la necesidad de comprar maguey en otros sitios y producir el mezcal en Coatepec. Cada piña puede llegar a costar 100 pesos, depende de su tamaño. A partir del 2000, los productores intentaron sembrar maguey a orillas del río Hondo, pero debido a lo “quebrado” del terreno esto se complica, no obstante, Meza Correa indicó que están dispuestos a comprar magueyes para no dejar morir esta industria. La creación de la bebida ancestral La paciencia es una de las virtudes principales para elaborar el “mezcal de dos pasadas”; el proceso tarda más de un mes, desde la adquisición de las piñas hasta la obtención del líquido. Primero se debe cargar el horno con al menos media tonelada de leña, que debe arder por cinco horas, cuando esté en su punto más alto, entre 10 y 12 hombres meten las piñas del maguey. En menos de media hora alrededor de 4 toneladas de este material irán al horno, permanecerán allí casi 50 horas, aunque a las 12 empieza a asentar la tierra, señal de que el material se cuece bien. Con las piñas cocidas se pasa a la molienda, que se hace con ayuda de un burro o un caballo para exprimir el material. Lo que resulte de esto se lleva los depósitos, que antes eran tanques de cemento pero son tinacos de mil litros, en los que una mitad es agua y la otra bagazo; el producto es dejado allí ocho días, en espera de que fermente. Una vez cumplido el plazo se retira el bagazo y se deposita en un alambique, el cual es sellado con harina de trigo; se pasa entonces al proceso de destilación. Dicho paso puede tardar otros ocho días, además, se hace dos veces; de la segunda surge el mezcal. Mezcal, una opción en Santiago Coatepec Santiago Lezama Cruz, uno de los miembros de la asociación, señaló que la comunidad fue visitada por el actual presidente municipal de Caltepec, Luis Enrique Hernández Juárez, cuando estaba en campaña. En aquel entonces se comprometió a apoyarlos e impulsar la industria: sólo esperan que no se trate de “promesas de campaña”. La industria del mezcal se ha convertido en una fuente de empleo, pues para cargar una piña se necesitan cuatro personas, sin embargo, la paga no es mucha, 100 pesos. Además, el desempleo es uno de los principales problemas de la comunidad. A diferencia de Meza Correa, quien tiene su producto bajo la marca Hermanos Meza, Lezama Cruz mete su producto en ánforas de un litro y puebleando vende cada una de éstas en precios que van de los 80 a los 130 pesos a granel, no obstante, anhela mejores ventas. Mientras llenan galones de plástico con mezcal, los entrevistados afirman que su producto es buscado en Oaxaca, Puebla y el Estado de México. Eso los ha motivado a echarse la mano, pues cuando alguien no cuenta con el equipo necesario, los compañeros se lo prestan para que la producción no se detenga. A casi dos meses de haber tomado protesta, el edil de Caltepec no ha regresado a Coatepec, pese a que los productores le pidieron su apoyo para tener sus propias plantaciones de maguey. La esperanza es lo último que se pierde: “él me dijo que va a seguir el movimiento del mezcal”, comentó Lezama Cruz. Comercialización, el sueño dorado Pese a que los productores de Coatepec crearon una organización mezcalera, la promoción de su producto les ha costado, el dinero es el limitante. Hace un año no pudieron acudir al Festival de Mole de Caderas en Tehuacán. Pese a esto se han hecho de un lugar. Su producto ha llegado a Japón; paisanos compran mezcal a granel, 300 litros mensuales, lo llevan a Estados Unidos y lo colocan en el mercado nipón, aprovechando el reciente interés mundial por bebidas mexicanas. “Puede ser poco, pero es algo”, comentan orgullosos. Algunos restaurantes del país han solicitado su producto, sin embargo, el posicionamiento nacional les ha costado. Pueden tardar hasta un mes en vender un producción mensual, pero concuerdan en que es un esfuerzo que vale la pena realizar. Lezama Cruz señala que no están dispuestos sacrificar la calidad de su mezcal en aras de una mayor producción, pero a la vez es consciente de que de no ser así podría perderse la industria. Piden el apoyo de las autoridades municipales, estatales o federales. Por su parte, el presidente de Caltepec señaló que se trabaja en las gestiones para comercializar el producto de los también productores de pitahaya, conocida como fruta dragón, pero antes se debe verificar la calidad del producto y la marca para entonces exportar, buscar enlaces y hacer de esto una opción de empleos. Tanto Lezama Cruz como Meza Correa están dispuestos a seguir en pie de lucha por el crecimiento de su producto y su ubicación en el mercado. A decir de ellos lo ideal sería que exportaran bajo su propia marca, pero el proceso es mucho más complejo y costoso de lo que parece, por lo que por ahora seguirán así “con o sin apoyo, igual tenemos que trabajar para sacar el salario”, aseguró Melesio. |