Increpan a alcalde de Juan C Bonilla

Pobladores exigieron al edil Filemón Aguilar que rindiera su informe de gobierno en la explanada municipal, pero lo hizo en un salón privado  Carlos ROCHA Increpan a edil de Juan C. BonillaPobladores del municipio de Juan C Bonilla increparon al alcalde Filemón Aguilar Rodríguez mientras rendía su informe de labores en un auditorio a puerta cerrada y al que se podía entrar sólo con invitación. Sin embargo, entre empujones con la fuerza pública del municipio, unas 200 personas, en específico mujeres, lograron ingresar al salón después del mediodía y exigieron a Filemón que informara en qué se han aplicado los recursos que capta el Ayuntamiento a su cargo. Hasta la fecha, la comunidad desconoce la situación financiera que guarda el municipio, pues además de que no vislumbran obra pública, han señalado que se ha incrementado la riqueza de los integrantes del Ayuntamiento, según afirmó Juan Chcolatl. En entrevista, el habitante de esta comunidad manifestó que al paso de un año el actual Ayuntamiento sólo ha realizado un Cabildo abierto y todos los demás han sido a puerta cerrada. Además, reveló, la secretaria general de Gobierno es prima hermana de Filemón Aguilar, a pesar de que eso está prohibido en la Ley Orgánica Municipal. Asimismo, Juan Chcolatl aseguró que la Comuna se niega a transparentar los recursos, aunque la Comisión de Acceso a la Información Pública le ha enviado por los menos tres exhortos desde mayo del año pasado. Manifestó que sólo se hicieron públicos los recursos de los primeros dos meses de gobierno y durante ese lapso no hubo claridad en el destino de 11 millones de pesos. Por si fuera poco, el alcalde se ha negado a responder los cuestionamientos de sus gobernados sobre el paso del gasoducto por este municipio, a pesar de que gran parte de la población lo rechaza, asimismo, aseguran que Filemón ya otorgó permiso para que atraviese por estas tierras. En este contexto, la multitud exigió al alcalde que rindiera el informe en la explanada del municipio, pero el viernes, de última hora, se cambió a un salón cerrado en el que a pesar de la seguridad los inconformes lograron entrar. Para minimizar los gritos de los vecinos que tachaban de mentiroso al munícipe, el sonido del lugar aumentó el volumen hasta un punto en que tampoco se entendía qué decía el alcalde. Por último, los pobladores se retiraron y el salón quedó apenas a un cuarto de su capacidad y los que permanecieron eran, en su mayoría, empleados de la presidencia que gobierna el emanado del Partido Revolucionario Institucional (PRI).
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