La construcción del complejo médico “Gonzalo Río Arronte” y la incapacidad de diferentes administraciones atlixquenses para mantener la centenaria clínica, orillaron a su extinción Alma CAMARILLO Corresponsal Cuando un mal aquejaba a algún vecino de Atlixco, su primera reacción era acudir al centenario hospital de San Juan de Dios, donde se atendía a personas adineradas o de escasos recursos. En la actualidad, las puertas de este nosocomio están cerradas y su futuro es incierto. Construido en 1731 y con 284 años de existencia, el hospital ahora se encuentra cerrado tras la inauguración del complejo médico “Gonzalo Río Arronte”, ocurrido hace una semana. Este hospital fue uno de los pocos de la época colonial que hasta hace unos días aún conservaba su uso original: un nosocomio al servicio de los más necesitados, por lo general provenientes de comunidades aledañas, aunque también se atendía a trabajadores del Ayuntamiento. Siglos de historia En 1581, un sacerdote enviado a evangelizar la Nueva España decidió donar parte de su casa para la construcción de un hospital en apoyo a los más necesitados. Por su parte, la villa de Acapetlahuacan aumentaba su población de manera importante y requería de un nosocomio. El primer sanatorio edificado se encontraba en la Plazuela del Santo Nombre, hoy avenida Hidalgo, después pasó a la calle 3 Sur y luego se ubicó entre 11 y 9 Sur. Debido a que la clínica se mantenía de los donativos realizados por algunas personas, carecía de algunos servicios. A principio del siglo 18 el nosocomio pasó a manos de los hermanos de San Juan de Dios. El sanatorio les fue entregado en 1731, asimismo, arribó personal proveniente de la Ciudad de México —1 hermano mayor, 1 capellán y 6 religiosos, entre ellos 1 médico—, pero se optó por realizar un nuevo hospital al sur de la ciudad, costeado por Antonio Franco, en 1731. Así, mediante limosnas, legados y propiedades, se logró atender a 30 enfermos como mínimo. Aunque por algunos años el nosocomio fue atendido por los religiosos, por disposiciones de la Orden de Cádiz, en 1821, la orden desapareció y la clínica pasó a manos del Ayuntamiento de Atlixco, situación que prevaleció hasta hace unos días. Aunque las administraciones municipales se esforzaron por atenderlo, la faltante de medicamentos y el aumento poblacional hicieron que el nosocomio enfrentara diversas crisis. Una joya arquitectónica El hospital de San Juan de Dios es una joya arquitectónica de Atlixco. Su fachada cuenta con un pórtico de tres arcos, el de en medio está coronado por dos hombres semidesnudos que sostienen un escudo enmarcado por un águila bicéfala y una corona imperial. Dos leones sentados con dos cascos de plumas en los extremos componen la estampa, copia de un grabado alemán del siglo 16 que se encontraba en el primer hospital. El inmueble es de estilo barroco, con amplios cuartos que en su momento estaban destinados para los jesuitas, así como extensos pasillos que según leyendas, son escenario de la aparición fantasmal de una monja que aún se esmera en cuidar a los enfermos. Las opiniones Médicos que salvaron vidas en este nosocomio lamentan que el Ayuntamiento cerrara las puertas del inmueble sin ningún homenaje por tantos años de servicio. Su relevancia no es sólo local, pues se sabe que se trataba de uno de los dos hospitales administrados por los juaninos que quedaban en toda Latinoamérica. Un historiador de Atlixco, José Alvarado, considera que este edificio debería ser una especie de dispensario médico, enfocado en brindar ayuda a personas de escasos recursos, en recuerdo de su pasado como clínica. Por su parte, el párroco Lucio Sánchez del Raso ha pedido que este centenario inmueble sirva como casa parroquial y las autoridades lo dejen en manos de la Iglesia. En tanto, la actual administración no descarta que el edificio termine como un centro cultural. Mientras no se decide su futuro, por los pasillos que albergaron a enfermos, médicos y religiosos a través de más de 200 años, en la actualidad sólo puede verse basura y polvo. |