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La Antorcha Guadalupana llega a Zapotitlán

La Antorcha Guadalupana llega a Zapotitlán
ANTORCHA01 La Antorcha Guadalupana llega a Zapotitlán

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“Sólo te preparas con la fe”, mencionó uno de los corredores, Eruviel Reyes, de 14 años >>ZAPOTITLÁN SALINAS Patricia FLORES Corresponsal ANTORCHA01Un promedio de 120 corre­dores participaron en el paso de la Antorcha Guadalupana por el municipio de Zapotitlán Salinas y Tehuacán, con rumbo a Tepexi de Rodríguez. En 2015, la caravana pugna por una reforma migratoria y porque Donald Trump no llegue a la pre­sidencia de Estados Unidos. Pasadas las 19 horas del día lunes, arribó a Zapotitlán Sali­nas la Antorcha Guadalupana procedente del municipio de Huajuapan de León, Oaxaca, en medio de mañanitas y música de tambores fue recibida por los habitantes de la población, que en su mayoría han sido migran­tes, o son familiares de ellos. Ignacio Aguilar Hernández, coordinador del paso de la Antor­cha por esa zona, dijo que por más de diez años Zapotitlán ha dado cobijo a la caravana, pues hay por lo menos 2 mil zapotitle­cos en Estados Unidos, principal­mente en el Bronx, Nueva York. Comentó que aunque las leyes antimigratorias son cada vez más estrictas, lo cierto es que en lugar de evitar el tránsito, sólo han vuelto más peligroso el viaje. “Hay que sal­tar las barras para llegar a las estre­llas”, afirmó, al tiempo que dejo cla­ro que ni las balas los han frenado, debido a la difícil situación econó­mica que viven en México. Eruviel Reyes Hernández, un joven de 14 años, quien en 2015 repite la travesía para acompa­ñar la Antorcha Guadalupana, dijo que no tuvo preparación física alguna, “sólo te preparas con la fe”, indicó que él corre por sus tíos, sus primos y ami­gos que están del otro lado de la frontera, para que les vaya bien. La antorcha pasó por Tehua­cán a las 11:30 horas del lunes, a diferencia de años anteriores no hubo una comisión que los recibiera, lo que no fue impedi­mento para que los habitantes de Santa María Coapan salieran al paso de la antorcha y las imáge­nes de la Virgen de Guadalupe y San Juan Diego. Algunos se per­signaban y oraban por los suyos.