carne Consumen municipios carne contaminada
|
Presencia de rastros clandestinos genera que el 50 por ciento de los productos de res y cerdo comprados en Tecamachalco, Acatzingo, Tepeaca y Huixcolotla, esté infectado José SÁNCHEZ Corresponsal 
El 50 por ciento de la carne de cerdo y res consumida en los municipios de Tecamachalco, Acatzingo, Tepeaca y Huixcolotla, está contaminada debido a que proviene de rastros clandestinos ubicados en las periferias de dichas comunidades, informaron ganaderos y vendedores. Al respecto, el director del rastro municipal de Tecamachalco, Adán Reygadas, reconoció la existencia de dichos sitios en la demarcación, los cuales aseguró operan en condiciones insalubres, ello genera riesgos para los consumidores de carne roja. Mencionó que no se ha podido lograr la clausura de dichos sitios debido a que es la misma población la que no denuncia su existencia al momento de percatarse de algún sacrificio, pues como tal las autoridades sólo podrían actuar si hay flagrancia. El también médico veterinario pidió a los pobladores que reporten estos puntos de matanza, pues la situación se ha vuelto un delicado problema de salud en la región. Por su parte, el carnicero José Miguel Flores indicó que los rastros clandestinos son foco de infección, pues no se realizan los análisis necesarios a los animales; sin embargo, recordó que hay tablajeros o taqueros que compran la carne. El vendedor recordó que el rastro sirve para reducir la posibilidad de que alguna enfermedad sea transmitida a los consumidores a través de la carne, como salmonelosis, o que las personas presenten afectaciones por el empleo de clembuterol en las especies; recomendaciones al respecto son hechas mediante el Manual de Limpieza y Desinfección en Expendios de Centros Cárnicos. María Barrientos Lozano, taquera de Tepeaca, destacó que en muchas ocasiones los carniceros buscan adquirir carne barata sin importar su procedencia o si carecen de los sellos de garantía expedidos por las autoridades. La entrevistada afirmó que los rastros clandestinos que surten la región de Valsequillo se encuentran en Acatzingo, Tepeaca, Huixcolotla y Tecamachalco, en algunas ocasiones propiedad de los mismos ganaderos que acuden a las plazas, como la de Zozutla —en Yehualtepec—, o la Central de Abastos de Tepeaca. Los tablajeros señalaron la necesidad de que se instalen puntos de revisión de carnicerías seguras, las cuales cuenten con los requerimientos de las autoridades, pues amas de casa optan por adquirir carne contaminada por su bajo costo.
El 50 por ciento de la carne de cerdo y res consumida en los municipios de Tecamachalco, Acatzingo, Tepeaca y Huixcolotla, está contaminada debido a que proviene de rastros clandestinos ubicados en las periferias de dichas comunidades, informaron ganaderos y vendedores. Al respecto, el director del rastro municipal de Tecamachalco, Adán Reygadas, reconoció la existencia de dichos sitios en la demarcación, los cuales aseguró operan en condiciones insalubres, ello genera riesgos para los consumidores de carne roja. Mencionó que no se ha podido lograr la clausura de dichos sitios debido a que es la misma población la que no denuncia su existencia al momento de percatarse de algún sacrificio, pues como tal las autoridades sólo podrían actuar si hay flagrancia. El también médico veterinario pidió a los pobladores que reporten estos puntos de matanza, pues la situación se ha vuelto un delicado problema de salud en la región. Por su parte, el carnicero José Miguel Flores indicó que los rastros clandestinos son foco de infección, pues no se realizan los análisis necesarios a los animales; sin embargo, recordó que hay tablajeros o taqueros que compran la carne. El vendedor recordó que el rastro sirve para reducir la posibilidad de que alguna enfermedad sea transmitida a los consumidores a través de la carne, como salmonelosis, o que las personas presenten afectaciones por el empleo de clembuterol en las especies; recomendaciones al respecto son hechas mediante el Manual de Limpieza y Desinfección en Expendios de Centros Cárnicos. María Barrientos Lozano, taquera de Tepeaca, destacó que en muchas ocasiones los carniceros buscan adquirir carne barata sin importar su procedencia o si carecen de los sellos de garantía expedidos por las autoridades. La entrevistada afirmó que los rastros clandestinos que surten la región de Valsequillo se encuentran en Acatzingo, Tepeaca, Huixcolotla y Tecamachalco, en algunas ocasiones propiedad de los mismos ganaderos que acuden a las plazas, como la de Zozutla —en Yehualtepec—, o la Central de Abastos de Tepeaca. Los tablajeros señalaron la necesidad de que se instalen puntos de revisión de carnicerías seguras, las cuales cuenten con los requerimientos de las autoridades, pues amas de casa optan por adquirir carne contaminada por su bajo costo. 
