Pide Rodrigo Aguilar, de la Diócesis de Tehuacán, aclamar a Jesús a cada momento Patricia FLORES Corresponsal La celebración del Domingo de Ramos, incluida la bendición de palmas, une a los católicos en la Pasión y muerte de Jesús, además de que marca el inicio de la Semana Mayor, indicó el obispo de la Diócesis de Tehuacán, Rodrigo Aguilar Martínez. Lo anterior durante la procesión y celebración eucarística en la Catedral de la Inmaculada Concepción. El prelado afirmó que las palmas no deben ser consideradas un amuleto de buena suerte o de protección, sino un recordatorio para aclamar a Jesús a cada momento. Este evento dio inicio a la Semana Santa. El obispo mencionó que Jesús da muestra de que siempre hay modo de encontrar esperanza, pues en su caso la cruz era considerada la peor forma de morir en tiempos de los romanos, pero después se convirtió en símbolo de vida y resurrección. Agregó que también es la “semana del amor”, según lo que Jesús dijo: “Nadie tiene mayor amor que quien da la vida por sus amigos”, por ello se celebra cómo él dio la vida por la humanidad, testimonio de amor que no termina con la muerte y se conserva como un recuerdo glorioso. Aguilar Martínez expresó que a pesar de ser semana de vacaciones, estos días deben ser vividos en la fe, aunque “eso es decisión de cada quien”, de forma que se posibilite “dedicarnos a las cosas de dios para vivir en la presencia de Cristo”. Todos los actos litúrgicos se celebrarán, en lo posible, dentro de los templos o en atrios. En los casos donde hay necesidad de procesión por asistencia multitudinaria de fieles o razones pastorales, las actividades se harán en las calles aledañas a las parroquias.