ROBO Azota inseguridad a industria maquiladora
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Los maleantes han encontrado una forma para delinquir, pues ya no sustraen la nómina, sino maquinaria que es vendida en el mercado negro TEHUACÁN Patricia FLORES Corresponsal Julián Jalife Hernández, presidente de la Cámara Nacional de la Industria del Vestido (Canaives) delegación Tehuacán, aseguró que la inseguridad azota a la industria de la confección en dicho municipio; el gremio reporta por lo menos un robo a la semana. Expresó que si bien las nóminas de los empleados son atractivas y los maleantes se han arriesgado para poder hacerse de ellas, han encontrado un método más efectivo, mediante el cual obtienen buenas ganancias y disminuyen el riesgo de ser atrapados: robar la maquinaria de las empresas. Los hampones buscan compañías que estén cerca de algún terreno baldío o casa deshabitada, luego hacen un boquete en la pared y por ahí sacan las cabezas de las maquinas, que suelen ser ligeras, de entre 12 y 15 kilos, el resto, conocido como “mueble”, lo dejan, pues resulta estorboso. El entrevistado señaló que cada máquina puede costar entre 5 y 40 mil pesos, dependiendo de su utilidad; por lo regular se llevan de cinco en adelante. Los agraviados se percatan hasta que los empleados llegan a laborar y ya no están los aparatos, lo que significa fuertes pérdidas para la empresa. Opinó que esa es una muestra de cómo está la situación de inseguridad en Tehuacán, y pese a que se presume una estrategia y resultados positivos en materia de seguridad lo cierto es que no se ven y los ciudadanos se dan cuenta. Jalife Hernández dijo que aunque se ha pedido mayor seguridad lo cierto es que no hay repuesta por parte de las autoridades, situación que incluso ha ocurrido con los consejos de seguridad, pues aunque les mandan a personas para que los atiendan al final no les hacen caso, tampoco a sus peticiones. Aunado a lo anterior indicó que es evidente que los delincuentes están mejor organizados que las corporaciones policiacas, pues no se entendería que robaran las máquinas sin que tuvieran dónde depositarlas o venderlas, así como redes de distribución que nadie conoce o son ignoradas.
