10 Julio 2016

TLACOTEPEC, Pue.- A pie, entre las veredas que comunican Orizaba, Veracruz, con el municipio de Tlacotepec de Benito Juárez, cientos de peregrinos nacionales y extranjeros arriban a suelo poblano para venerar al Señor de El Calvario, también conocido como La Preciosa Sangre.

Su presencia se debe a la festividad anual en honor a la imagen, con lo cual se venera su aparición. La celebración es añeja, data de al menos hace 400 años e incluso es denominada Feria del Pájaro o de las Aves; se efectúa durante las primeras semanas de julio.

A este evento acuden vecinos del interior de la entidad, así como pobladores de Veracruz, Tlaxcala, Oaxaca, Estado de México y Chiapas, además de algunos guatemaltecos

El trayecto

De acuerdo con peregrinos de Tapachula, Chiapas, así como algunos provenientes de Guatemala, viajan en camión desde sus comunidades hasta la ciudad de Orizaba, Veracruz. Una vez allí, a pie, atraviesan las colinas para llegar al cerro donde reposa el Señor de El Calvario.

El arribo de los visitantes a territorio veracruzano se da el primer sábado de julio alrededor de las tres de la mañana. Descienden del camión y comienzan su recorrido a pie para llegar al filo de las siete de la noche a Tlacotepec, donde suben el cerro del Señor de El Calvario para cumplir su manda.

Jorge Hernández García, peregrino originario de Guatemala, pero radicado en Tapachula desde hace 30 años, aseguró que cuando era pequeño sus padres le inculcaron la visita al Señor del Calvario; como cada año arriba al filo de la medianoche del domingo para escuchar Las Mañanitas a la imagen.

Para los visitantes, el primer fin de semana de julio es el más importante de la festividad, pues pueden escuchar la misa.

La historia

Durante la época prehispánica, decenas de pobladores de la zona de Tlacotepec de Benito Juárez veneraban durante la fecha señalada a sus deidades en un centro ceremonial en la parte más alta de la localidad.

Algunos de los peregrinos incluso creen que el santuario está construido en lo alto de una antigua pirámide sobre la cual se apareció el Señor de El Calvario. Sin embargo, se sabe que los sacerdotes franciscanos prohibieron, en su momento, ciertos aspectos de la festividad, pues cuando ésta recién nacía (alrededor del siglo 17) los nativos acostumbraban realizar danzas en honor a la imagen.

Con el paso del tiempo, la música prehispánica y los bailes fueron reemplazados por "cantos de aves", incluso en la actualidad es común el uso de plumas, por lo cual la celebración es conocida también como la Feria del Pájaro.

Los visitantes, debido a diversas circunstancias, ampliaron su estancia en Tlacotepec hasta el segundo fin de semana de julio. Así, para solventar sus gastos, comenzaron a llevar productos de sus lugares de origen, como pan artesanías o plantas.

Asimismo, llegaron a habilitarse mesones o áreas de hospedaje para los peregrinos; no obstante, a la fecha muchos de ellos sólo permanecen 1 o 2 días.