Jueves 21 Julio 2016

El municipio de Coronango carece de un Atlas de Riesgo y sirviéndose de esto, se construyeron en el trienio pasado, más de 150 casas a menos de 10 metros del paso de ductos de Pemex, como el que reventó el pasado lunes, 18 de julio de 2016.

La constructora Hogar y Diseño desarrolló y comercializó entre 2011 y 2013, los fraccionamientos Paseo del Roble y Quinta Moraleda, los más afectados de la fuga de combustible.

En estos dos fraccionamientos viven por lo menos 150 familias, que pagaron un promedio de 1.5 millones de pesos por cada una de sus viviendas. Esto significa un dividendo de por lo menos 225 millones de pesos para la constructora en cuestión.

Si se considera la media del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) que considera a cuatro integrantes por familia, en esta zona habitacional viven aproximadamente unas 600 personas que dejaron sus viviendas para refugiarse con familiares u hoteles.

Esto, a fin de no respirar el combustóleo que se regó sobre sus techos, patios, cisternas, calentadores y carros, sin contar la piscina comunitaria.

En este contexto, el ayuntamiento actual de Coronango, encabezado por la alcaldesa Mely Macoto Chapuli, se deslindó de cualquier permiso de construcción para esos desarrollos habitacionales.

De hecho, personal de comunicación del municipio informó que no se ha concedido ningún permiso ni licencia de construcción habitacional durante la presente administración.

También se reconoció que el ayuntamiento carece de un Atlas de Riesgo que contemple las zonas de peligro, pero se aseguró que se trabaja en él y está a cargo del director de Protección Civil Municipal, Pablo Galindo Titla.

El personal del ayuntamiento consideró que los permisos debieron haber sido entregados en la anterior administración, presidido por Efraín Titla Galicia, a quien no se ha visto por el municipio desde su salida de la función pública.

Incluso, en el año 2014, Titla Galicia enfrentó un proceso por un daño patrimonial de 40 millones de pesos, que a la fecha no ha sido aclarado.

Según el reglamento de Petróleos Mexicanos (Pemex), las viviendas se deben construir a 12 metros del derecho de vía donde van los ductos; incluso, algunos criterios de urbanización en algunos municipios establecen que deben ser a 50 metros a cada lado de dónde van los ductos.

No obstante, estos fraccionamientos se encuentran a unos ocho metros de distancia del ducto que transporta combustóleo, como quedó exhibido a principios de semana.

Las afectaciones causadas por el líquido de la paraestatal que cayó sobre las 150 casas y por lo menos 60 vehículos, tardarán entre dos y tres meses en ser resarcidas, según estableció personal de Pemex el pasado miércoles, en una reunión con los vecinos de estos fraccionamientos.

Algunos de los afectados informaron que la empresa quedó de contabilizar los daños el próximo lunes, 25 de julio, cuando vaya un perito en siniestros para calcular el costo de los perjuicios, incluidos gastos materiales y médicos, bajo la condición de mantener discreción, pues en la reunión del miércoles no se permitió el ingreso de medios de comunicación.