Cinco días han pasado tras la tromba que azotó la comunidad de Xaltepec y el ambiente es como si todo hubiera ocurrido unas horas atrás: soldados buscando entre el lodo el cuerpo de un bebé que no aparece y mil 200 personas refugiadas en iglesias de la comunidad vecina, donde la ayuda no llega por no haber albergues oficiales. Entre la montaña de lodo que se formó después de la hecatombe que dejó la tormenta tropical Earl la noche del pasado sábado en la junta auxiliar de Xaltepec, permanecen pocas personas, sólo las que tienen algo o alguien que buscar entre los escombros y el lodo que irrumpió en sus viviendas y sus familias. También los soldados que vigilan que nadie ni nada más se vuelva a perder. Ahí, entre los escombros de una casa en donde el lodo casi toca el techo, estaba Óscar Orozco Negrete; al joven padre, de 34 años de edad, Earl le arrebató la mitad de su familia: sus dos hijos. Óscar permanece a cierta distancia de donde una cuadrilla de cinco soldados busca los restos de la andadera en la que dejó a su hijo Alexis Gael antes de la lluvia. Mientras vigila con esperanza la labor de los uniformados, Óscar comenta que lo único que quiere es encontrar el cuerpo de su hijo de 1 año y 3 meses para poder sepultarlo y llorarle como lo hizo con su otro hijo, Marco Antonio, a quien ya enterró el martes pasado. "Perdí a mis dos hijos, el mayorcito se llama Marco Antonio y el chiquitito se llama Alexis Gael. Mi esposa está bien, mi mamá está bien. Sí nos tiró lejos el agua pero estamos bien, pero mi cuñada falleció, su hijito de un mes también falleció. De esta familia son cuatro los que fallecieron", relató. Después, con fuerza, reconoció que él fue quien puso a Gael en su andadera para que no se mojara los pies y se justifica al decir "yo ¿qué iba a saber que el río se iba a venir?". "Se empezó a meter el agua a la cocina de mi mamá y para que no se estuvieran mojando los niños los puse en la casita de madera de al lado para que no se mojaran los pies. Mi bebé, el más chiquitito estaba en la andadera y para que no se mojen lo lleve a la casita de madera que estaba más limpia. ¿Pero cómo voy a saber que se vendría ese río?" "Trataba yo de salvarlos pero ya no pude. Se me vino pero ya no pude, se me vino todo: el lodo, el agua, todo y me aventó unos 20 metros, ya no pude salvarlos", lamentó. Albergue sin apoyoEl resto de los pobladores de Xaltepec se encuentran en la junta auxiliar más cercana, Papatlazolco; fueron recibidos y refugiados en dos escuelas y tres iglesias. Ahí, la escena permanece también intacta y los encargados del albergue no saben cuándo pueda esto terminar. Arnulfo Velázquez Dolores, fiscal de la iglesia católica de Santa María de Guadalupe y encargado de 275 personas, afirmó que la ayuda no ha llegado. Sin temor alguno, Velázquez señaló, que ni el gobernador de Puebla, Rafael Moreno Valle Rosas, ni la titular de la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (Sedatu), Rosario Robles, han cumplido su palabra de apoyarlos. "No tenemos agua, los alimentos son de la misma comunidad. Todo lo que ven aquí es de la gente que ha venido a apoyar. El gobernador vino, pasó, entró a la cocina, él dijo que iba a mandar 2 millones de pesos; no hemos visto nada. La señora Rosario Robles dijo que ahorita iba a mandar tres pipas de agua y hasta el momento no hemos visto nada", dijo. Contrario a esto, puntualizó que familias de las comunidades donaron en cuatro puercos en los últimos días y han comido este animal de diferentes formas, "pero ¿qué va a pasar cuando se acabe?", dijo. Lo único que llegó a este albergue "no oficial" fue un tinaco azul con el logotipo del gobierno de Puebla, pero está vacío y sucio. Las 10 mujeres que apoyan en la cocina y dan de comer a 275 personas lo utilizan de mesa para colocar las charolas que van cargadas de chicharrón en salsa verde y arroz rojo. Para completar este escenario, el presidente municipal de Huauchinango, Gabriel Alvarado Lorenzo, explicó en una entrevista con medios de comunicación que los únicos albergues autorizados por Protección Civil son cinco. "No sabemos cómo estén ahí, en qué condiciones, si hay que darles medicinas, necesitan tratamientos médicos, o que los alimentos se preparen con calidad", dijo el miércoles en referencia al albergue de Papatlazolco, improvisado entre la iglesia de Santa María de Guadalupe (que sirve de cocina y comedor) y la escuela primaria "Amado Nervo", que es utilizada como dormitorio. |