Pobladores de los municipios de Zoquitlán, San Miguel Eloxochitlán y Tlacotepec de Díaz, se niegan a permitir la construcción de una hidroeléctrica en los límites de sus territorios. Sostienen que sus alcaldes están en contubernio con la empresa Grupo Ferrominero México (Gfm). César García, regidor de Pozotitla, uno de los lugares más cercanos al sitio del proyecto, explicó que desde hace más de cinco años han visto en la zona a ingenieros que hacen trazos y mediciones, lo que en su momento molestó al munícipe de Zoquitlán, Fermín León. Luego de que éste se reuniera con personal de la empresa, se mostró conforme con el proyecto e invitó a un convivio a los representantes de las juntas auxiliares, donde les explicó la obra, a construirse en 400 hectáreas de la Sierra Negra y que, a decir de la empresa, generará 600 empleos. Sin embargo, no les dijeron las consecuencias negativas, pues afectaría a los ríos Huitzilac, Atzalan, Coyolapa y Tonto, con lo cual más de 150 mil habitantes, a lo largo de los márgenes de esos cauces, sufrirían repercusiones. Aunque la empresa afirma tener permiso de la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), entregado en marzo de 2016 a través de sus filiales Proyectos Hidroeléctricos de Puebla y Compañía Hidroeléctrica de Puebla, éste es condicionado, pues depende de que los pueblos de la zona estén de acuerdo. Reunido con habitantes, el entrevistado expuso que durante más de cuatro años Gfm ha hecho compraventa de terrenos, prometiendo trabajo y sin explicar la finalidad de la transacción. La empresa planea iniciar la construcción en enero de 2017, pero el acuerdo es unánime entre las comunidades: No permitirán que eso suceda y exigirán a sus autoridades no otorgar permisos de uso de suelo. |