28 Agosto 2016

Un promedio de ocho peticiones para recibir despensas de parte de personas de más de setenta años son las que recibe el área de Participación Ciudadana; son ancianos que regularmente trabajan para tratar de conseguir alimento, pero en ocasiones sólo hacen dos comidas al día.

La directora del área, Erika Espidio Romero, indicó que la mayor parte de adultos mayores que ellos atienden viven en la pobreza total; el estudio socioeconómico que les hacen, dejó al descubierto que apenas comen pan con café por las mañanas, frijoles con tortillas al mediodía y si les sobra, repiten platillo por las noches o se van a dormir sin probar alimento. Afirmó que con la finalidad de apoyarlos se creó el programa "Apoyando a las personas de la tercera edad, 70 y más" el cual se reactivó el pasado 8 de agosto y que tiene como meta la entrega de 500 despensas mensuales; la demanda fue tanta que en menos de quince días se agotaron los lugares.

Espidio indicó que la mayoría de las peticiones llegan de colonias de la periferia y de juntas auxiliares, no así del centro de la ciudad y comentó que el sitio más lejano a donde se ha llevado el beneficio es Santa Cantarina Otzolotepec, en la Sierra Negra, donde hay por lo menos 20 ancianos con necesidad de una despensa.

Dijo que aunque el programa es para personas de más de 70 años, mientras que el grueso de las peticiones es de personas de más de ochenta años que indican que trabajan vendiendo dulces o alguna artesanía para sobrevivir, pues no tienen familia.

La funcionaria expresó que se ha planteado la necesidad de ampliar el padrón y hasta ahora se ha autorizado que se duplique, aunque también necesitan aparatos ortopédicos y sillas de ruedas, pero para estos últimos no tienen presupuesto, se reciben por lo menos dos peticiones de este tipo a la semana.

Indicó que para poder responder a esa necesidad, se ha pedido la colaboración de ciudadanos, quienes hasta ahora han dado una respuesta positiva; en los próximos días, se entregara la primera donación: una silla de ruedas al más grande de sus beneficiarios, un hombre de 104 años.