Ante el alto número de cadáveres que no son reclamados, fue necesario abrir otra fosa común en el panteón de Tehuacán, admitió el regidor de Servicios Municipales, Pioquinto Apolinar Leyva. Aunque el sitio fue edificado hace tres meses, se empezó a usar desde hace uno. Expresó que los familiares tienen en promedio de dos a tres días para reclamar los cuerpos, pero dependiendo de las condiciones en las que reciben los cadáveres, se determina cuánto van a esperar, pues en algunos casos los cuerpos empiezan a descomponerse. El entrevistado dijo que la fosa común tiene como finalidad que los cuerpos de los finados no queden sin ser enterrados, no sólo por cuestiones sanitarias, sino también por humanidad. En promedio en una fosa hay espacio para 30 fallecidos, los cuales son cubiertos por una capa pequeña de tierra, a la espera del siguiente cuerpo. Mencionó que todas las fosas son de las mismas dimensiones y no se hacen más grandes porque no se puede calcular el número de cuerpos sin reclamar a lo largo del año, muestra de eso es que en 2015, la fosa ni siquiera se llenó, fue hasta principios de 2016 que cuando se agotó el espacio. El funcionario señaló que pueden pasar semanas sin que tengan un ocupante, pero en una puede haber varios fallecidos que no son reclamados. En todos los casos, se procura esperar un tiempo prudente para dar tiempo a la familia y solicitar el cuerpo, esto para que le den sepultura. Comentó que se procura tener una fosa abierta antes de que se finalice el tiempo de vida útil en la fosa vigente, de modo que no se acumulen cuerpos que pudieran arribar después, "para que a ninguna persona que llegué al panteón no se le dé la sepultura que humanamente se tiene que hacer". |