Familia de cura ultimado acusa ineptitud en FGE Veracruz

Parientes de Alejo Nabor Jiménez desestiman móvil del robo en el crimen; autoridades buscan ocultar su “ineptitud”, afirman

Familia de cura ultimado acusa ineptitud en FGE Veracruz
Karen ROJAS | Sacerdotes llamaron a no minimizar los hechos y a evitar hacer montajes. Familia de cura ultimado acusa ineptitud en FGE Veracruz

Familiares de Alejo Nabor Jiménez Juárez, el presbítero asesinado tras ser privado de la libertad en Poza Rica, Veracruz, junto con otro sacerdote -José Alfredo Juárez-, se dijeron indignados con las declaraciones del fiscal general de aquella entidad, Luis Ángel Bravo, sobre el móvil del doble homicidio.

Afuera de la capilla número 8 de la funeraria Valle de los Ángeles, en Puebla capital, Moisés Jiménez Juárez, hermano de Alejo, acompañado de la madre de ambos, Clemencia Juárez, aseveró que el fiscal dio esa versión sólo para ocultar su "ineptitud".

Fue más allá al asegurar que también lo hizo para encubrir al crimen organizado que opera en ese estado, ya que cuenta con información de que los responsables conforman una banda y que los hechos no derivaron de una riña de borrachos, como lo dio a conocer la fiscalía veracruzana.

A petición de Clemencia Juárez fue que se trasladaron los restos de Alejo Nabor a la ciudad de Puebla, aunque él era originario de Zoquitlán y vivió la mayor parte del tiempo en el municipio de Papantla, Veracruz.

"Lo está haciendo para proteger al crimen organizado y para ocultar su ineptitud", aseveró, al cuestionarle si estaban de acuerdo con la versión oficial de la dependencia.

"Yo me entrevisté con un testigo ocular; no fue el móvil del robo de 5 mil pesos. Las personas que asaltaron son del crimen organizado, vaciaron las limosnas (Sic), hay muchos detalles que nos indican que fue el crimen organizado, es una banda de 5 hombres y 1 mujer. Llegaron 2 personas a ver cómo estaba el ambiente y dieron el pitazo a otras cuatro personas para meterse a robar".

La Iglesia les brindó apoyo tanto moral como económico, porque no estaban en posibilidades de hacerse cargo de ciertos gastos y trámites, además estuvieron algunos miembros presentes durante el velorio que inició la madrugada de ayer.

En una entrevista que concedió el fiscal Luis Ángel Bravo a medios veracruzanos en la ciudad de Córdoba, señaló que los sacerdotes bebieron con los responsables y que tras una discusión que se salió de control, dichas personas los golpearon, amagaron y privaron de la libertad, para luego asesinarlos.

Descartó que el crimen organizado estuviera relacionado en el doble homicidio, pues además ninguno de los presbíteros tenía vínculos con células delictivas; sin embargo, los responsables se llevaron dinero en efectivo, las limosnas y dos vehículos, una camioneta RAM y un automóvil Lancer.

Según la fiscalía veracruzana se tiene identificado a un sospechoso y se espera que en breve la carpeta de investigación se judicialice y se conceda la orden de aprehensión contra dicha persona.

Por su parte, Clemencia Juárez pidió respeto para su familia por el luto que vive y también se dijo inconforme con las declaraciones de Luis Ángel Bravo.

"Declaraciones confunden a la sociedad"

Por su parte, el padre Anastasio Hidalgo Miramón recordó que Alejo Nabor Jiménez era originario de San Pablo Zoquitlán, pero migró a Huautla, Oaxaca, cuando cerró el Seresure en Tehuacán. Después fue a Papantla, donde realizó su ordenación sacerdotal.

Sin embargo, no olvidó sus raíces. Hace apenas dos meses festejó con familiares y amigos medio siglo de vida en Zoquitlán, por ello se pensó que ahí se le daría sepultura, pero no fue así. Hidalgo Miramón afirmó que con las primeras revelaciones de la investigación del asesinato de sus compañeros, se confunde a la sociedad.

"Que las autoridades que están para impartir justicia no se atrevan a minimizar estos hechos", pidió el prelado a la vez que exigió no hacer montajes e ir a la raíz de los hechos.

Además, exhortó a hacer votos en el marco del Día de la Paz, lo cual no recae sólo en las autoridades, sino en todos los ciudadanos. 

Aunque en el caso de Tehuacán la violencia no ha tomado esas proporciones, ha habido casos como el secuestro de un vicario hace algunos años. Por esto, afirmó, se deben tomar medidas precautorias, así como tratar de no exponerse, ya que su labor pastoral es complicada.