Preservan en Izúcar tradición de las ceras escamadas

En la actualidad, pocas personas de la región se dedican a esta actividad, pese a ser muy redituable en temporada de Todos los Santos

Preservan en Izúcar tradición de las ceras escamadas
Lidchy HERNÁNDEZ | La familia Rosete Méndez preserva una labor artesanal. Preservan en Izúcar tradición de las ceras escamadas

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Hace más de 80 años, la familia Rosete comenzó a trabajar la cera escamada en Izúcar de Matamoros, lo que en su momento no era una labor extraordinaria. A casi un siglo de distancia, en algunas comunidades del Valle de Atlixco y Matamoros está actividad ha desaparecido.

A la fecha, los descendientes se esmeran por preservar esta tarea. En una antigua casa de la calle Reforma, entre Guerrero e Hidalgo, en un estacionamiento, está montado el pequeño taller donde se realizan las ceras escamadas.

Alberto Rosete Méndez aprendió la técnica de sus padres, Rafaela Méndez y Miguel Rosete. Así, en compañía de sus hermanos, comenzó desde pequeño a trabajar el material.

Iniciaron con velas viejas, las cuales se rompían; las manipularon hasta que dominaron este arte, y hoy lo hacen para comercializarlas.

De ser una actividad de relevancia en diversos puntos de la región, en la actualidad sólo hay 10 familias dedicadas a escamar velas, labor que presenta un repunte importante en la temporada de Todos los Santos, pues los productos son utilizados en las ofrendas.

De acuerdo con la familia Rosete Méndez, para la temporada llegan a realizar cerca de 20 toneladas de cera escamada para abastecer mercados de Cuautla y Axochiapan.

La labor

Las personas que escaman cera inician con dicha tarea desde un mes antes de la fecha de entrega del producto. Se trata de un proceso detallado, para el cual se requiere de mucha paciencia, pues se la da forma al material.

En el caso de la familia Rosete Méndez, se trabaja con las velas desde que vienen en marqueta, es decir, se lleva a cabo todo el proceso para hacer una cera, hasta escamarla.

Sin embargo, se trata de una labor que no cualquiera puede llevar a cabo. Quien la realiza debe tener agilidad, pues además de ser delicada, en caso de conocer la mecánica se corre el riesgo de presentar graves daños en la salud, pues se trabaja con "manos calientes". 

Escamar una vela mediana conlleva 20 minutos de trabajo, sin contar la decoración con cintas o la imagen que solicite el cliente. Al finalizar, el artículo debe ser pintado y adornado, siempre de forma manual.

La técnica

Balbina Méndez Orta, integrante de la familia Rosete, lleva cinco años dedicada al escamado de cera. Para poder participar se prepara con dos meses de anticipación, pues aunado a que se debe dominar la técnica se requiere de innovación. 

Para escamar la cera se necesita un anafre, carbón y unas pinzas especiales hechas de madera para dar forma.

Ella aprendió por interés personal, y se dice orgullosa de que a la fecha personas de diferentes zonas de Izúcar de Matamoros la busquen por sus diseños.

En el taller de la familia Rosete los niños se encargan de escamas la cera más pequeña, lo que además sirve para que se entretengan en su tiempo libre. En su caso, no requieren de ejercer demasiada fuerza para dar forma y les sirve para dominar la técnica.

El comercio

Una cera escamada, según su tamaño y diseño, oscila entre los 10 y los 100 pesos; es durante la época de Todos los Santos cuando hay mayor demanda, a tal grado que la familia Rosete acaba con todo su producto.

Alondra Rincón, vecina de Coatzingo, acude hasta Izúcar de Matamoros, con un trayecto de más de una hora para comprar ceras escamadas para la ofrenda que coloca en honor a su padre, pues considera le dan realce.