Sábado 12 Noviembre 2016

"Soy un chico Conalep" cantaba a diario José Manuel Méndez Ortiz, el estudiante asesinado por una bala pérdida el pasado jueves, luego de que unos delincuentes asaltaron una casa de empeño. El joven fue despedido entre aplausos y lágrimas por sus compañeros, quienes le hicieron un homenaje.

En el camino a su última morada, la banda de guerra de su tan querida escuela lo acompañó hasta la Iglesia de la Preciosa Sangre de Cristo. Ahí, el sacerdote dedicó unas palabras a los deudos y pidió por el eterno descanso de José Manuel; en todo momento la familia solicitó a los medios de comunicación abstenerse de tomar fotografías o cualquier tipo de imagen.

A la salida de la iglesia, la música de mariachi acompañó al cortejo fúnebre. Una infinidad de personas, entre ellos un gran número de estudiantes del Conalep, escuela donde el difunto cursaba el quinto semestre de Administración, iba en apoyo a la familia; en tanto, en las instalaciones del plantel ya aguardaban el cuerpo.

Sin importar que fuera fin de semana, los estudiantes acudieron a la escuela, con ellos, otros familiares y amigos de los deudos. Norma Ortiz, la madre del alumno fallecido, agradeció a los presentes y mencionó que aunque el Conalep "tiene fama" de ser una escuela con bajo rendimiento, su hijo siempre se mostró orgulloso de pertenecer a ella, incluso traía en el celular la canción Soy un chico Conalep.

Por momentos a la mujer se le quebraba la voz, pero afirmó que "todos siempre lo apoyaron, él quería mucho su escuela". Enseguida uno de sus compañeros tomó la palabra y recordó que José Manuel siempre estaba dispuesto a ayudar, además de calificar de "feo" lo que le paso.

Afirmó que su amigo no era de problemas y lo ocurrido es un momento de reflexión para todos; además, pidió que todos los presentes dieran el respaldo a la familia, al tiempo de expresar que por muy dura que sea la pérdida de José Manuel deben sobreponerse y seguir adelante, tomando en cuenta que la vida puede cambiar de súbito, así que deben disfrutarla y hacer el bien.

José Manuel fue descrito por sus maestros como un alumno modelo, un ser humano de excelencia, de los mejores en el plantel: "Se preocupó por hacer de nuestra comunidad escolar un mejor lugar", afirmaron. Tras un fuerte aplauso terminó la ceremonia, luego el cortejo fúnebre se dirigió al panteón municipal, última morada del estudiante.